Organizaciones agrarias representativas de la agricultura familiar y campesina, entre las que se encuentra la Federación Agraria Argentina (FAA), realizaron este miércoles un «semillazo» para «decir no a la Ley Monsanto-Bayer» de semillas.

Cientos de pequeños productores se dieron cita en la plaza de los dos Congresos, por la mañana, para iniciar una jornada de lucha que concluirá con la concentración en el recinto nacional donde se discutirá la aprobación de una ley a la que señalan de arbitraria y que busca centralmente que la multinacional Monsanto – Bayer se transforme el proveedor central de semillas transgénicas.

Los productores realizaron intercambio de semillas recreando una, práctica ancestral que fue pasando de familia en familia. “Queremos resguardar una práctica ancestral como lo realizaban nuestros abuelos”, puntualizó Elsa, productora de tomates y coordinadora del MTE Rural.

La productora le contó a Tiempo la grave situación que atraviesa toda la rama de pequeños productores en toda la Argentina. “Estas políticas abusivas solo buscan expulsarnos la tierra y llevarnos a una vida miseria», explicó.

De igual manera puntualizó los abusos del mercado que tienen que afrontar para poder producir la tierra. “No reconocen el trabajo del pequeño productor. Nos pagan 10 pesos por cajón de lechuga y nuestro producto queda inmerso en una cadena de precios hasta llegar a la verdulería a 50 pesos por kilo”.

Asímismo denuncia que los kits de semillas contienen plagas que matan la hortaliza y que esta práctica obliga a los productores a comprar agroquímicos. De esta forma quedan atados a un sistema económico solo rentable para los grandes productores.

Luego se realizo una conferencia en la que se dio lectura a un comunicado de la Federación Agraria Argentina: «La Secretaría de Agroindustria pretende hacernos creer que hay un acuerdo de mayoría que, casualmente, refleja al pie de la letra las imposiciones de Monsanto en 2004, pretensiones que al no poder plasmar parlamentariamente, en 2005 intentó imponerlas reteniendo barcos con carga argentina en puertos europeos».

Se trata de la eliminación de la posibilidad de los productores a ejercer el derecho al uso propio de la semilla y cobrar regalías en cada nueva temporada de cultivo.

«Además de dar poderes inadmisibles al Instituto Nacional de Semillas (INASE) y convertirlo en el custodio de los derechos de patentes sobre genes de las corporaciones, imponiéndose por encima de la justicia y violando los derechos de los productores», expresa el escrito.

Para finalizar se realizó un asamblea popular entre los productores presentes en donde se renovó el compromiso a la unidad de todos los trabajadores de la tierra para enfrentar el avasallamiento de que pretende llevar adelante la compañía Monsanto- Bayer.