La historia de todo género musical, con mayores o menores matices, suele ser un espejo de su tiempo. El tango edificó una obra monumental con el aporte de múltiples mujeres. Desde la bandoneonista y compositora Paquita Bernardo hasta el emblema nacional llamado Nelly Omar, por citar sólo dos ejemplos míticos. Pero la inequidad de aquellas sociedades potenció la figura de la mujer cantora y postergó su desarrollo en otros roles. En el tango las mujeres solían poner su voz y el cuerpo, pero sólo en casos muy puntuales la palabra. Afortunadamente, en las últimas décadas el género expresa otra sociedad, otros valores y otras formas de composición. En el libro «Mirada de Mujer: las letristas del siglo XXI», Vanina Steiner reúne a 36 autoras que construyen su obra en presente.

El libro incluye letras, perfiles y códigos QR que conectan con diversas plataformas de Internet para así también poder escuchar las creaciones e interpretaciones de Bárbara Aguirre, Bibi Albert, Marina Baigorria, Luz Balaña, Coni Banús, Patricia Barone, Cintia Barrionuevo, Verónica Bellini, Andrea Bollof, Marcela Bublik, Belén Canestrari, Delfina Daverio, María José Demare, Victoria Di Raimondo, Natalí Di Vincenzo, Mónica Fazzini, Eva Fiori, Bárbara Grabinski, Mijal Guinguis, Natalia Lagos, Claudia Levy, Gisela Magri, Patricia Malanca, Katherina Mansilla, Juliana Manoukian, Elbi Olalla, Marta Pizzo, Neli Saporiti, Regina Satz, Luciana Scherbosky, Ana Sofía Stamponi, Vanina Steiner, Cintia Trigo, Marisa Vázquez, Beatriz Villar y María Volonté. Las elegidas expresan la mirada de diferentes generaciones, apuestan a distintas estéticas y proponen sus propias búsquedas. Pero todas coinciden en la necesidad de darse sus propias palabras.

Steiner es periodista, apasionada del tango y militante feminista. En diálogo con Tiempo, detalló la historia detrás del libro y el crecimiento de estas nuevas protagonistas de la escena que hoy también padecen la incertidumbre laboral que impone la cuarentena producto del Covid-19.

–¿Cómo surgió la idea de escribir Mirada de Mujer: las letristas del siglo XXI?

–Surgió mientras trabajaba en el libro Canciones de Amor, de Locura y de Muerte, de Alejandro Guyot, el título que inauguró esta nueva colección Tinta Roja Ediciones Del Sur Siglo XXI. En esos momentos estaba diseñando la colección, pensando en próximos títulos y también en las autoras mujeres que quería publicar. Durante ese proceso de repasar autoras y autores, revisando sus obras, me di cuenta que había un gran desconocimiento del trabajo de las mujeres. Esto no ocurre sólo en el ámbito de las letristas y compositoras, pero es en este tema en el que me propuse aportar algo para cambiar esta situación. Sabemos que el tango contemporáneo no es masivo, aun así, en el caso de las mujeres en particular siento que hay un gran falta de información y difusión de su producción y de la cantidad de autoras que están activas. Este libro reúne a 36 de ellas, y hay más. Así que puedo adelantar que estoy trabajando en un próximo volumen.

–Haciendo el libro repasaste la trayectoria de muchas letristas y conociste a otras. ¿Quiénes te sorprendieron más y por qué?

–Sí, a muchas de ellas las conocía y venía siguiendo sus trabajos. A otras las fui encontrando durante mi investigación. Me sorprendieron algunas cantantes que están empezando a escribir sus propios temas. Tremendas cantoras en las que descubrí una poética muy potente, desarrollando propuestas para mí muy interesantes y que pronto podremos ver ese desarrollo en perspectiva. Me sorprendió también constatar que hay tantas autoras en actividad, profesionales con una producción importante. Varias de ellas son específicamente letristas, quiero decir, que no son músicas que escriben letras para su propio repertorio o que son parte de alguna agrupación. Son autoras que se sirven de este género popular para decir cosas, para despertar conciencias, generar cambios, remover estructuras obsoletas, escriben letras de tangos a los que alguien les pondrá música. Me sorprendió la variedad de tópicos que presentan en sus obras, todas con un fuerte compromiso hacia lo que hacen, con una mirada aguda y lúcida. Hay mucha poesía y hay mucho para decir.

–¿Con qué criterio seleccionaste las letras de cada autora?

–El libro lo pensé para que sea lo más abarcativo e inclusivo posible, no hice un recorte ni generacional, ni estético ni temático. Es una foto de este momento histórico. Y en la elección de las obras me propuse mostrar también esta variedad de tópicos que aparecen en las diferentes propuestas. Fue muy intensa esa etapa de selección, leí muchas obras y en algunos casos no me fue fácil decidir. Al presentar dos letras por autora quería que, en esa reducción, quede plasmada su identidad. Se ve en estos trabajos una responsabilidad y una actitud frente a la realidad y las problemáticas que vivimos, En muchos casos las letristas actuales están aportando en la presentación de la imagen real de la mujer de hoy. Y esto me parece muy importante difundirlo, aporta a la deconstrucción de imágenes tergiversadas que en algún momento fueron funcionales al sistema patriarcal.

–¿Existen versiones cantadas por hombres de autoras mujeres contemporáneas? ¿Se puede hablar de un fenómeno en crecimiento?

–Algunas versiones hay, sí. Pero estamos hablando de algo bastante acotado, en general no son tantas las autoras mujeres versionadas por colegas varones, como tampoco por sus pares mujeres, es algo que aún no se da tanto. Pero sí se puede hablar de un fenómeno en expansión. Hay una creciente inquietud por conocer a las autoras y por incluirlas en sus repertorios. Este libro está aportando también en esa dirección. Varios cantores y músicos me hicieron llegar sus comentarios y su agradecimiento por este libro. Lo cual me emociona y confirma que había una gran necesidad de difundir estas obras. Creo que vivimos un clima de más compromiso, de apertura y compañerismo, es un proceso que acompaña a todo el trabajo que las mujeres venimos haciendo desde la difusión y la toma de conciencia sobre las problemáticas que nos atraviesan. Estamos en un recorrido de aprendizaje, que nos involucra a todas y todos.

–La época de mayor masividad del tango tuvo muchas cantoras, pero muy pocas letristas. ¿Considerás al tango un espacio particularmente machista o fue reflejando el machismo de la sociedad según su tiempo?

–Sí, creo que el tango ha sido tradicionalmente un espacio muy machista, que reflejaba a una sociedad machista, clasista y discriminatoria. Una sociedad que nos quería a las mujeres en la cocina, en la crianza de hijos y en el cuidado de maridos. En todos los ámbitos, en la ciencia, en la educación, en las artes en general, las mujeres no podían ocupar su lugar con sus capacidades, por el hecho de ser mujer. Y la que se atrevía a desafiar esa imposición era castigada siendo excluida de los espacios a los que intentaba acceder, o bien castigada por el hombre en el intento de disciplinarla a través de la violencia. En el tango incluso la vida misma se encargaba de castigarla: el tango te advierte que la milonguita, aquella que había dado el mal paso, la que había torcido el destino impuesto, terminaba vieja, fea y sola, y ya nadie más la iba a querer. Tradicionalmente el tango fue escrito casi en su totalidad desde la mirada masculina, salvo esas pocas excepciones que mencionás. De allí que es tan importante reflexionar críticamente sobre aquellos tangos, que en mi opinión no habría que cantar ni difundir más. Aquellos que naturalizaron la violencia, que reprodujeron una y otra vez usos y costumbres olvidables de una sociedad retrógrada y patriarcal. Es interesante esto, en aquellas épocas el tango tuvo muchas cantoras, pero hoy el tango tiene muchas cantoras que también escriben lo que cantan. Hoy el tango tiene esta oportunidad de estar más vivo que nunca, de crecer, porque involucra la mirada de toda una sociedad. Hasta no hace tanto alzar la voz para las mujeres no era fácil. Si pensamos en autoras como Eladia Blázquez, ya más acá en el tiempo, tampoco llegaron a tener la trascendencia que su trabajo merecía.


«Mirada de Mujer: las letristas del siglo XXI» (Tango y canción rioplatense). Colección Tinta Roja Ediciones del Sur. 174 páginas.