La Mesa de Enlace, que agrupa a las patronales de la actividad rural, concluyó el jueves sus cuatro días de lockout contra el aumento de las retenciones a la soja con la expectativa de volver a reunirse esta semana con las autoridades nacionales, a las que reclama que retrotraigan ese impuesto al 30 por ciento.

El cese de comercialización que lanzaron las empresas agropecuarias tuvo un impacto discutido, según la evaluación que hicieron distintas fuentes del sector consultadas por Tiempo.

La adhesión distó de ser total. Se verificó en que las industrias recibieron granos como de costumbre y operaron con normalidad, al tiempo que hubo ingreso de camiones en los puertos y operaciones en las bolsas de comercio.

Además, la demanda de los productores no logró instalarse en el interés de la opinión pública. De hecho, con el paso de los días perdió espacio en los medios de comunicación a la par que avanzaba la pandemia del coronavirus, que para el viernes dominaba ampliamente la agenda periodística.

Incluso la feria ExpoAgro  2020, que coincidió con los días de la protesta, terminó suspendida por decisión de los organizadores en medio de la creciente preocupación por los contagios.

Pese a todo, la Mesa de Enlace insiste con que la adhesión al lockout fue del 90%. Desde esa base intentará proyectarse para volver a la carga con el reclamo de reducción del tributo en una hipotética reunión esta semana.

En un comunicado difundido el viernes, la agrupación de entidades ruralistas volvió a polarizar con el Ejecutivo. Habló del «ahogo» de los productores a quienes atribuyó una actitud «positiva y superadora», y acusó a la «voracidad fiscal» del gobierno al que calificó como «provocador».

En ese contexto, adelantaron que ratificarán la propuesta de «un esquema tributario basado en el Impuesto a las Ganancias y que permita un tratamiento impositivo diferenciado y progresivo, mejorando la propuesta de segmentación ofrecida por el gobierno».

Lo que quieren los empresarios es una reunión con las autoridades políticas, pero al cierre de esta edición la convocatoria no ha llegado.

Desde las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la entidad que más subió el tono contra Balcarce 50 en la previa y durante la protesta, dijeron que durante el lockout «hubo contacto permanente con funcionarios que responden al ministro (de Agricultura, Luis Basterra)» y confiaron en que «la semana que viene habrá reuniones».

Sin embargo la cartera agropecuaria del gobierno nacional aseguró a este medio el viernes que «por el momento» no tiene una convocatoria en la agenda.

Es posible que Basterra y su equipo quieran aprovechar que la medida de fuerza generó menos ruido del esperado para fortalecer su posicionamiento. En una entrevista radial, el ministro dijo el viernes que «el esquema de retenciones no se toca». Además, podrían apoyarse en las condiciones internacionales para plantear que el contexto es más incierto que antes del lockout.

Mientras Basterra toma aire para negociar con más comodidad, los ruralistas insisten con que el acatamiento fue importante. «No me gusta decir que una medida de fuerza es positiva, pero diría que el cese de comercialización tuvo un acompañamiento muy importante de los productores», manifestó Jorge Chemes, presidente de la CRA.

«Los corrales de Liniers mostraron la falta de hacienda en estos días. En granos no fue tan contundente como en la ganadería, pero con bajo nivel de operaciones, en el puerto entró el 20% de las cargas habituales», agregó en una frase que reconoce la información de los gremios del sector, según los cuales las fábricas de productos agroindustriales como las aceiteras trabajaron normalmente (ver aparte).

«De ahora en más veremos si podemos retomar el diálogo o qué nos proponen desde el gobierno y de ahí, en asambleas en diferentes lugares del país recibiremos las inquietudes de los productores para ver hacia dónde nos dirigimos», finalizó Chemes. «


Fábricas de aceite trabajaron «con normalidad»

Aunque la Mesa de Enlace lanzó el cese de comercialización de productos agropecuarios con altas expectativas de adhesión y previendo que los productores podían llegar a desbordar los caminos brindando imágenes similares a la de la contienda por la Resolución 125 en 2008, el resultado esta vez fue muy dispar.


En el plano de la circulación de hacienda tuvo algunos resultados. Después de un lunes de entrada de animales récord en el Mercado de Liniers, el martes ingresaron apenas 15 camiones, un puñado comparado con el flujo habitual.


La circulación de los granos fue, a juzgar por los trabajadores del sector aceitero, normal, y dio la pauta de que el cese de comercialización, al menos en ese segmento de la economía rural, no estaba funcionando de acuerdo a los planes de los organizadores del lockout.


Las fuentes consultadas señalaron que las plantas aceiteras «trabajaron normalmente» porque recibieron unos 200 camiones con granos en promedio por día cada planta, «lo mismo que ayer (por el lunes) y que el viernes (por el 6 de marzo)» señalaron, una cantidad habitual en esta época del año. La agroindustria se mostró indiferente respecto a la iniciativa de las entidades ruralistas y para muchos con ese perfilamiento jugó a favor del gobierno nacional.


La información agregó que en la zona de Rosario los productores no realizaron cortes de ruta, con lo cual la visibilidad de la protesta fue baja.