Aunque demasiado se ponga el foco en lo que ocurre con el fútbol profesional, sus futbolistas, el deporte masivo, la crisis por el nuevo coronavirus golpeará a los clubes de barrio en dimensiones aún insospechadas. Vitales tanto en la contención social como en la recreación de los sectores populares, estas instituciones ya venían envueltas en una crisis por el aumento desmesurado de las tarifas y los ajustes impuestos durante el gobierno macrista. Ahora, una pandemia los pone en situación de quiebra. En la Ciudad de Buenos Aires ya se conformó un comité de crisis, que pone las instalaciones al servicio de la emergencia sanitaria y pide que el Estado nacional y el porteño implementen medidas para la subsistencia. 

Tanto el Ministerio de Turismo y Deportes que conduce Matías Lammens como la Secretaría de Deportes, a cargo de Inés Arrondo, evalúan medidas para paliar esta situación, según confirmaron fuentes oficiales a este diario. No es fácil, la crisis pega en distintos sectores, incluso algunos con más urgencias. Pero se analizan diferentes posibilidades, sobre todo la de incrementar subsidios. No se trata sólo de sostener a los clubes sino también de lo que los rodea. Allí hay trabajadores que ven en peligro el cobro de salarios durante los próximos meses. Sin actividad, con sus puertas cerradas y un país en cuarentena, lo primero que las instituciones verán caer es el ingreso de las cuotas sociales y también las de las actividades específicas, las cuales fueron todas suspendidas, al menos hasta el 31 de marzo. 

“Estábamos muy mal, a punto de desaparecer, y esta situación nos lleva a la quiebra. Hoy por hoy estamos quebrados y necesitamos un apoyo de la Ciudad y la Nación para hacer frente a las erogaciones diarias como el pago a los trabajadores, el mantenimiento del club y los servicios”, explica Guido Veneziale, presidente de la Federación de Organizaciones Deportivas de la Argentina (FODA).

El legislador porteño del Frente de Todos, Claudio Morresi, presentó un proyecto de ley para declarar la emergencia sanitaria y económica de los clubes de barrio inscriptos en el Registro Único de Instituciones Deportivas, por la cual se les exima del pago del ABL a los clubes más grandes (los más pequeños ya las tienen) y se les subsidie el 75% de las tarifas de servicio. Por otro lado, desde la Mesa de Clubes e Instituciones Deportivas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se le pidió a la Estado porteño que disponga un subsidio de 100 mil pesos a cada institución para afrontar las erogaciones diarias, como el salario de los trabajadores o el mantenimiento de las sedes. 

“Los clubes ya venían en crisis total . Y con esto van a perder ingreso de cuotas sociales, los cánones de alquileres, mientras que tendrán que afrontar tarifas muy fuertes. Por eso también se le pidió al Gobierno nacional que acelere la implementación de la Ley de clubes de barrio y de pueblo”, agrega Emiliano Ojea, presidente de la Federación del Deporte Universitario Argentino.

Si se calcula que hay 215 clubes registrados en la Ciudad, lo que se pide son unos 21,5 millones de pesos. Desde la Ciudad, explicaron que convocarán al Consejo Asesor del Deporte, donde hay un fondo cercano a los 27 millones de pesos, pero ese dinero está destinado a infraestructura y equipamientos de los clubes. Por eso, desde la Mesa piden que el dinero salga de otra partida o, en caso de que salga de ahí, que la Ciudad se comprometa a recuperarla apenas se supere esta situación.

Aunque los clubes cerraron para sus actividades deportivas, lo que se mantiene por el momento son los merenderos y comedores, donde una gran cantidad de niños y niñas, y también adolescentes, reciben el único plato de comida en el día. Ese rol, además del de contener a los chicos desde el deporte, es el que se pone en juego con esta situación. Pero desde los clubes no pierden ese Norte, por eso ofrecen las sedes para hacer frente a la pandemia, tal como también lo hicieron los clubes de Primera División y Ascenso, una buena muestra de por qué se defiende a las asociaciones civiles.