Como Daniel Scioli cuando era gobernador, María Eugenia Vidal ya se instaló en Mar del Plata y apuesta todas las fichas a una temporada exitosa que «compense» el mal año que se va y le sirva, a su vez, de vidriera para la campaña que podría arrancar bastante antes si finalmente se desdobla la elección provincial de la nacional.

La mandataria llegó el jueves para anunciar el Operativo Sol y dejar inauguradas un día después las playas gratuitas, que son la base del programa «Verano en la Provincia» que incluye fuertes descuentos en alojamientos, restaurantes, espectáculos, hoteles y supermercados, con el que el gobierno busca apuntalar la llegada de turistas y el consumo en medio de la crisis económica generada por las políticas nacionales.

Vidal pasará fin de año en la residencia de Chapadmalal y planea quedarse en La Feliz al menos hasta el 10 de enero. Aunque estará oficialmente de vacaciones, buscará que nada se salga de control en una ciudad que le ha dado tantas alegrías como dolores de cabeza. Es que es pública la tensa relación que mantiene con el intendente Carlos Arroyo, quien pese a ser oficialista no logra encauzar la gestión ni tiene cintura política para manejar los conflictos que se repiten año a año.

Mar del Plata, además de tener la mayor afluencia turística, es la segunda ciudad de la provincia en importancia electoral después de La Matanza. Los votos de los marplatenses fueron claves tanto en el triunfo de Vidal como en el de Mauricio Macri en las elecciones anteriores. Pero además es el mejor lugar para publicitar la gestión en un año electoral y todos los políticos lo saben.

La obsesión de Vidal por tener una temporada exitosa la llevó a involucrarse personalmente para que nada falle. En octubre se reunió con empresarios hoteleros y del sector turístico para pedirles que no suban los precios de manera desmedida tras la suba del dólar y trabajen para atraer más turistas. A los empresarios teatrales les pidió que apuesten a la temporada con una cartelera de buen  nivel para ofrecer a los veraneantes.

En este contexto fue que surgió «Verano en la Provincia», el programa que comanda el secretario general de la Gobernación, Fabián Perechodnik, y que amplió la oferta de descuentos y de servicios. Tras las quejas del verano pasado porque los beneficios fueron sólo para los que elegían Mar del Plata, ahora habrá playas públicas equipadas con sombrillas, reposeras, wifi, lockers, baños, duchas, espectáculos, juegos infantiles, también en Mar de Ajó y Necochea. En el verano 2018, las playas públicas marplatenses fueron usadas por casi 500 mil turistas.

“Queremos que después de un año de mucho trabajo, las familias que con mucho esfuerzo vienen de vacaciones puedan tener un espacio de descanso acompañados, cuidados y cómodos”, sostuvo Vidal al presentar las playas del Museo Mar y la playa Constitución, y se mostró optimista con la temporada: «A  esta altura del año ya tenemos más turistas que los que había el año pasado para esta época”.

A la «sombra gratis» se le suma el paquete de descuentos con las tarjetas del Banco Provincia que van desde el 50% en las compras del supermercado -el año pasado no estuvo, ahora se realizará un miércoles por quincena- y el 50% en entradas al teatro, hasta el 30% en restaurantes, hoteles y pasajes de micros.

El esfuerzo del gobierno provincial contrasta con los conflictos que arrastra el municipio y que pueden empañar el inicio de la temporada. Arroyo no logró cerrar un acuerdo salarial con los empleados municipales y están con retención de tareas desde el 11 de diciembre por lo que no hay limpieza en las plazas ni espacios públicos ni tampoco personal para realizar controles de tránsito ni alcoholemia. Vidal envió a su ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, a mediar pero el tema aún no está resuelto. Al menos hasta el miércoles los trabajadores seguirán de paro.

La relación entre Vidal y Arroyo está cada vez peor. El viernes, esa tirantez quedó expuesta cuando el intendente se retiró enojado del acto de inauguración de las playas porque lo habían ubicado detrás de las vallas y no junto a las autoridades. “No es un lugar digno para un intendente, yo me voy a la mierda”, dijo a sus funcionarios ante los periodistas que cubrían la actividad. El dato que crispó los nervios de Arroyo fue que Vidal compartía escenario con el diputado nacional Guillermo Montenegro, el candidato que la mandataria quiere para disputar la intendencia en 2019. «