Una maniobra contable hizo que YPF terminara el año 2019 con una pérdida operativa neta de impuestos de $ 33.379 millones. El resultado, que fue aprobado por el directorio, derrumbó el valor de la compañía: en Wall Street, la acción cayó a su mínimo histórico de 7,58 dólares. El rojo quedó determinado cuando la petrolera apeló al impairment, recurso que adjudica un costo por deterioro cuando un cambio económico significativo perjudica sus perspectivas de futuros negocios.

En este caso, según la presentación ante la Comisión Nacional de Valores, el directorio entendió que la decisión gubernamental de congelar el precio local del barril de petróleo (que antes se ajustaba por su cotización internacional), sumado a la menor demanda doméstica de gas, le impedirán amortizar sus inversiones en plantas y equipos, que fueron computados a un valor más bajo. A pesar de ello, sus datos de producción de 2019 fueron positivos: sus ingresos totales crecieron 73,6% y en el último trimestre su producción de hidrocarburos subió 5,4%, apuntalada por el desarrollo no convencional de la formación Vaca Muerta.

En 2018, la empresa (en la que el Estado nacional posee el 51% de las acciones) había tenido ganancias por $ 38 mil millones. «No eliminamos los proyectos para el futuro, pero ahora necesitamos un precio más alto y certidumbre de que podremos vender el gas los 365 días y no 180 días», dijo el CEO de la firma, Daniel González. «