Paro en aeropuertos: las razones de las medidas de fuerza de los controladores aéreos

Por salario y condiciones de seguridad los controladores aéreos lanzaron paros escalonados desde este jueves en cinco fechas de diciembre. El aeropuerto de Rosario debió hacer sus reformas sin financiación de Nación. Esquel está reclamando que reanuden obras abandonadas. Varias provincias tienen que aportar de sus fondos públicos para no quedarse sin vuelos. Aumenta la poda de puestos de trabajo en Fadea. Paradojas: la apertura irrestricta de los cielos de Javier Milei hizo posible que desde este mes lleguen a Ezeiza los vuelos de China Eastern Airlines.

Las medidas de fuerza de Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) comenzaron este miércoles 17, de 8 a 11 hs, y continuarán el jueves 18, de 16 a 19 hs. y el 23 de diciembre, de 19 a 22 hs. para los vuelos con destinos nacionales. El 27 de diciembre, de 14 a 17 hs., afectarán a vuelos internacionales y el 29 de diciembre, de 8 a 11 hs. a la totalidad de los vuelos.

Los controladores denuncian una negociación de larga data muy estancada y una pérdida del poder adquisitivo en sus ingresos de más del 50 %.  Aclaran, además, que estas medidas están anunciadas desde hace un mes, sin que las autoridades de Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) hayan dado respuesta.

El abandono de los aeropuertos

El aeropuerto de Rosario debió financiar un importante reacondicionamiento de la pista en el  último cuatrimestre de este año con fondos provinciales porque el gobierno nacional no aportó. Explicó el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro: “Nación se borró y la Provincia se hace cargo de la pista del aeropuerto porque Santa Fe se prepara para ser potencia”.

Después de apoyar al gobierno anti obra pública en su llegada al poder y aprobar la sanción de su ley bases, el mandatario provincial sufrió las consecuencias. Según una investigación de la Fundación Apertura, el gobierno de Milei no pone plata para los aeropuertos que son administrados por las provincias. Pero sí lo hace en las obras de aeropuertos cuya concesión pertenece a Aeropuertos Argentina, propiedad del antiguo (¿o actual?) empleador de Milei, Eduardo Eurnekian.

El aeropuerto se reabre este 29 de diciembre, pero aún no dijeron si invitaron al presidente a los festejos.

Las Cámaras Empresarias del Oeste del Chubut —que representan a Esquel, Trevelin, Lago Puelo, El Hoyo, El Maitén y Epuyén— junto a la Federación Empresaria del Chubut, mostraron su “profunda preocupación” por la actitud del Gobierno libertario de excluir al aeropuerto local de los trabajos de modernización que sí incluyen a otras aeroestaciones del país. Alertaron sobre los perjuicios para la conectividad, competitividad y desarrollo productivo de la región.

El descontento de las fuerzas vivas terminó provocando que su intendente Matías Taccetta, de Juntos por el Cambio, hiciera esta semana una incursión en Buenos Aires para conseguir que se terminen las obras inconclusas en el aeropuerto patagónico. Igual que Pullaro en Santa Fe, después de haber impulsado el ascenso del gobierno anti obra pública, ahora está reclamando obra pública.

Taccetta dijo también que le pediría a Aerolíneas Argentinas el restablecimiento del vuelo Esquel-Córdoba. Cumplía así con el teorema de la línea de bandera: funcionario de Juntos por el Cambio que tiene responsabilidades de gestión, deja de reclamar el cierre de Aerolíneas Argentinas y pasa a pedirle más vuelos o nuevas rutas.

En julio de 2022, el mismo Taccetta, en ese entonces Diputado Nacional de JxC, había sobreactuado acusaciones indignadas ante Aerolíneas por vuelos demorados, que en realidad eran imputables sin ambigüedades a razones meteorológicas, ajenas a las empresas aéreas: pista inoperativa por fuertes nevadas en el aeropuerto. Sus pedidos de más vuelos son, además, una expresión de fracaso en su promesa de llevar vuelos de líneas aéreas low cost, que parecen no interesarse pese a su insistencia.

A lo largo de este año se fue afirmando la financiación de vuelos por parte de las alicaídas economías provinciales. San Juan puso de sus arcas públicas 900.000 u$d a Flybondi, con la tranquilidad de poder abandonar la ruta después de dos meses, si no llegaba a vender el 85 % de los pasajes del avión. La misma “low cost” abandonó la ruta Buenos Aires-Río Gallegos, después de volar entre febrero y mayo con subsidios otorgados por el gobierno provincial de Santa Cruz. Por la orientación de sus gobiernos, hay varias provincias pro “low cost” que no se quejan de los subsidios que deben otorgarles, cuando criticaban con dureza los subsidios a la línea de bandera.

Alegremente, Santa Fe, gobernada por la UCR, ofreció subsidiar el combustible a los vuelos de líneas privadas que cubran nuevas rutas o aumenten frecuencias, o aquellos vuelos ya operativos que tengan baja rentabilidad. Todo en el marco del levantamiento de subsidios nacionales al transporte público y a la línea de bandera.

En otros casos, la administración libertaria de Aerolíneas Argentinas impuso el Programa de Conectividad Sostenible. O sea, los destinos que no son rentables, deben pagar la diferencia que queda hasta llegar a un 70 o un 80 % de ocupación del vuelo, según el “acuerdo”. Predomina ahora un nuevo principio rector: la rentabilidad por sobre la conectividad, que podría llevar al aislamiento aéreo a varios destinos. Ya impusieron pagar parte de estos vuelos a las respectivas provincias y municipios para las rutas Buenos Aires-Río Cuarto, Buenos Aires-Merlo y Córdoba-Posadas.

En Córdoba, una segunda “razia” de retiros recorre Fadea, la fábrica de aviones que depende del Gobierno nacional. Este gran agente del desempleo se propone expulsar ahora a unos 200 aeronáuticos. Para justificar el desguace, aplican aquí la táctica de dejar caer posibles negocios, como el acondicionamiento de los aviones comprados a Dinamarca, que fue encargado a empresas privadas. También se demoran acuerdos en producción de máquinas que interesan al gobierno de México. Mientras tanto, en una muestra del profesionalismo de la mano de obra, un grupo que debió desvincularse en la primera tanda de retiros “voluntarios”, fue contratado después de aprobar las habituales evaluaciones por Airbus, líder mundial en la producción de aviones de gran porte.

Y en una de las tantas ironías que ponen en ridículo algunas bravuconadas ideológicas pasamos del “no hago negocios con comunistas” a recibir el primer vuelo de China Eastern Airlines a Buenos Aires: un primer vuelo regular que tendrá dos frecuencias semanales. Llegó el 4 de diciembre operado por un Boeing 777 de 316 asientos. Cuidado libertarios, el  avión hizo una “larga marcha” de 25 horas de vuelo.

*Los autores son aeronáuticos y autores de “Cielos abiertos: venas abiertas”