Yoga y autos de TC: la desmalvinización del Museo Malvinas

En la previa de la Noche de los Museos el clima fue intenso en el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, en el predio de la ex Esma. No solo por los preparativos para recibir visitas nocturnas. Sino por la campaña puesta en marcha por un sector de sus trabajadores para visibilizar lo que denuncian como un proceso de “desmalvinización y banalización” del contenido, en un marco de “despido y persecución”.

El miércoles último el recorrido a cargo de Maximiliano Lalli, guía y delegado, fue distinto a los anteriores. Fue una visita abierta para cuestionar que el trabajador fue “cesanteado de manera arbitraria e ilegal a mediados de octubre”, según denunció ATE. El gremio advirtió que “estas acciones forman parte de una política de vaciamiento de contenido en los espacios culturales, que se articula con un brutal ajuste presupuestario y salarios miserables”.

Los miércoles, además, son los días de clases de yoga. Desde mediados de año se dictan “clases abiertas para todo público” en las instalaciones del Museo Malvinas. Además, desde agosto puede verse la muestra temporaria “Soberanía y Deportes. El Turismo Carretera”, realizada junto a la Asociación de Corredores de Turismo Carretera (ACTC). Los autos están al lado de la sala circular, corazón del museo que tiene como lema “paz, memoria y soberanía”.

Yoga y autos para «vaciarlo ideológicamente»

“No tenemos problema con el yoga, pero en un museo fundado para denunciar una geopolítica y el colonialismo, que se empiece a hablar de yoga o de Turismo Carretera tiene que ver con silenciarlo, vaciarlo ideológica y materialmente”, opina Lalli, quien ingresó en 2014, cuando se fundó el espacio.

Según dijo a este medio la Secretaría de Cultura de la Nación –de la que depende el museo- el despido “es una desvinculación por comportamiento violento que tiene una denuncia judicial en el ámbito penal, con testigos y material de la cámara de seguridad”. La versión entre los trabajadores es que hubo una discusión donde dos personas se agredieron y se denunciaron mutuamente, pero solo una está siendo echada.

Para el delegado, bajo convenio colectivo y con contrato de planta transitoria, “lo que hicieron es un barrabasada legal que tiene un fundamento: generar las condiciones para una reformulación del museo. Los guías dan una gran lucha por explicar al público y sostener la idea original, pero se fue lavando en lo ideológico”.

Desde Cultura argumentaron que “es responsabilidad y competencia del director de cada museo establecer los contenidos. En este caso, siempre relacionado a Malvinas, a su contexto geográfico, características clima, flora y fauna y los acontecimientos históricos desde su fundación a la fecha”. Y que “el contenido de Turismo Carretera está vinculado con excombatientes”. La relación, según consta en las redes oficiales, es que uno de los autos exhibidos viajó a Malvinas en 2017 y otro estuvo en la Base Marambio en 2011. La Secretaría informó, además, que la ACTC entregará oficialmente al Museo «un auto de Turismo Carretera en reconocimiento a sus héroes»: un Torino que ya está en el predio.

“Con variaciones, el contenido se mantenía. Ahora está empezando a cambiar”, lamenta Mario Volpe, excombatiente e investigador del museo hasta diciembre pasado, cuando le dijeron que no le renovaban el contrato por haber cumplido 70 años. “Cambia hacia un museo más centrado en la guerra, en lo militar. Por supuesto tiene que estar el combate, pero hay que educar sobre lo que hay en el Atlántico Sur y la Antártida, es lo que niños y jóvenes tienen que manejar. No se está difundiendo que se van a perder las aguas del sur. Tenemos que saber que el futuro de la Argentina está en el mar y hay que defenderlo”.

Malvinas, guerra y dictadura

Desde febrero de 2024 el Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur está dirigido por un militar retirado, el coronel Esteban Vilgré La Madrid, excombatiente. Era el número dos de la Dirección Gesta de Malvinas del Senado, bajo el ala de la vicepresidenta Victoria Villarruel.

Según consignó por entonces la periodista especializada en Derechos Humanos Luciana Bertoia, Vilgré La Madrid “reivindica el rol del soldado heroico y dice que hablar de los ‘chicos de la guerra’ es un éxito de la ‘desmalvinización’, que atribuye a la inteligencia británica”. En una entrevista, el coronel sostuvo que “el primer paso de la desmalvinización fue mezclar un gobierno y una época de nuestra historia con la guerra de Malvinas”, como si pudiera dejarse de lado el contexto de dictadura cívico-militar de la contienda.

El sociólogo Luis Wainer fue el primer coordinador del área de educación del museo y tuvo a su cargo la formación de guías. “La idea era formar a la sociedad en relación a la cuestión Malvinas y dar un salto más: pensar en clave geopolítica. Sumar la dimensión de la militarización del Atlántico Sur y como causa regional. Además, anclado en el espacio de la ex Esma y en la dimensión de los derechos humanos”, resume el investigador, titular de cátedra Malvinas de la Universidad de Hurlingham. “Eso que se propuso por entonces va a contramano con la política del actual gobierno, como lo fue con (Mauricio) Macri”, advierte. De hecho, dejó ese lugar durante el macrismo.

“Los trabajadores del museo han sido bastión para la defensa del guión –remarca- Hoy me parece que poner el centro en Maximiliano (el delegado despedido) es por un lado una forma de disciplinamiento y políticamente, es sacar a alguien muy formado en Malvinas, con una mirada colectiva sobre el tema”.

Wainer participó de la visita abierta de esta semana y se sorprendió ante la exhibición de autos: “Va en línea con licuar contenido denunciativo y geopolítico. La Argentina tiene todo tipo de expresiones vinculadas a Malvinas, pero es una decisión política cuáles son las que se quiere jerarquizar”.

«¡Infantería, adelante!»

“Desde las escuelas que vienen a veces nos dicen ‘¿qué tiene que ver esto acá?’ ante los autos. En la visita se plantea el debate, pero cuando una compañera cuestionó ese contenido le dijeron ‘indisciplinada’. Conceptos que parecen del Ejército y se están empezando a usar acá”, relata un trabajador. “Con las escuelas se habla de soberanía, de resolución de conflictos, de qué pasa cuando hay peleas. Las escuelas lo traen en las preguntas de los pibes. Se ve un ensañamiento con quienes sostenemos ese día a día con la comunidad. Y ahora que se envalentonaron con las elecciones están pidiendo el cambio de guión”, alerta.

“El museo se crea en este espacio de memoria porque hay que hablar de todo, como las denuncias de maltratos a conscriptos. Ahora hay una línea que prioriza a los veteranos de la agrupación Educación y Valores, con ideas bastante conservadoras –cuenta el trabajador–. Hablan de los valores de la familia, de Dios, en una de las visitas les decían a los chicos ‘¡Infantería, adelante!’. Hay una línea del director para hacer lugar a esto. Quiere reivindicar la gloria de la guerra. Su misión es buscar pibes para el Ejército”.