En un mundo en constante conflicto, cada vez más gente busca aprender técnicas, estrategias y caminos para sentirse mejor, con una positiva relación con el universo y con las energías básicas del mismo. Ante la enorme oferta existente, el Grupo Barcelona intentó poner blanco sobre negro la cosa y mostrar cuáles son las disciplinas que realmente se perfilan como las que harán roncha durante las décadas que vienen. En esta producción, el detalle de todo esto.

Tocar la pandereta emitiendo el sonido “ommmm”

Los más destacados especialistas en prosecución del bienestar personal coinciden en que el mismo puede ser plenamente alcanzado con poca cosa, como por ejemplo, según ellos, una túnica naranja, una pandereta y ganas de emitir aire por el sistema nasofaríngeo. “Se ha demostrado que tocar la pandereta no sólo te acerca al budismo y a su sana visión del mundo y de las cosas, sino que también te da mucha calma en el sentido de que dejás muchas tensiones de lado cuando te metés a saltar como un poseído mientras ejecutás este noble instrumento”, afirma Eduardo Rossignol, experto en modos de estar bien y ex director adjunto de la revista Estar Diez Puntos. “La túnica mucho no suma, pero el ommm es excelente; se ha demostrado que la activación de los puntos nasofaríngeos que se da en este caso es tremendamente positiva para todo”, agrega, megadocto, Fulvio Beder Peñaloza, redactor en jefe del portal Verse Bien. “Ojo: todo bien con la pandereta y la túnica y el cantito, pero tampoco la pavada que hacen muchos de estos chinos que se la pasan en la misma todos los días, a toda hora; no, hermano, así no, pero con moderación, sí”, determina Beder Peñaloza.

Comerse la mucosa de la nariz

La expresión “comerse los mocos” designa una acción que ha sido, en general, tomada como degradante o, directamente, asquerosa. “Esto que viene diciendo este pirulo es verdad, nadie puede negarlo, pero también es cierto que los tiempos han cambiado y que lo que se daba ya no se da más o, si se da, si en efecto se da, lo concreto es que se da de otro modo”, dice, acaso en desorden, Vilmar Buendía, experto en más de un tema y vecino muy querido de Tres Arroyos. “Estudios recientes afirman que los mocos, así como otras excrecencias corporales (véase la tapa de este suplemento y también esta producción), contienen muchos nutrientes de primer orden, los cuales ahora no los recuerdo pero los tengo en la punta de la lengua, así como dentro de la nariz (risas)”, sostiene Buendía. Otros estudiosos coinciden sin dudarlo, aunque exigen aclarar que ellos no tienen ninguna relación, ni personal ni profesional, con Buendía. “Todo bien con él, pero no es fiable, así que hacemos el vacío; además, no queremos chantas ni delincuentes en nuestra cofradía”, dice, off the record, un reconocido naturópata y masajeador de próstatas. ¿Polémica en puerta en el mundo del bienestar personal?

Aspirar los flatos de los seres queridos

En esta novedosa técnica, según quienes la han estudiado en profundidad, entran a jugar cuestiones tanto químicas como emocionales. “Se estaría demostrando que el flato es un poderoso antioxidante; es decir, que atrasa el proceso de envejecimiento, por lo que, se calcularía, una persona que se introduce por las narinas tres o cuatro flatos por día habrá ganado, al cabo de una década, un año de vida, lo cual es una enormidad”, afirma alguien que está conectado con este y otros mundos. “Esto, entonces, en el terreno químico; pero no hay que dejar de mirar el importantísimo costado sensible, ya que aspirar las emanaciones de metano de las personas amadas (hijos, padres, amantes) ayuda a solidificar vínculos, así que perfecto”, agrega. La parte emocional, entonces, tendría un peso importante en esta técnica. Lo que muchos potenciales usuarios de a pie se preguntan es si todos los flatos tienen el mismo valor en ambos terrenos. “No, no, nada que ver”, contesta Graciela Giannesino, de Coghlan. “Parece que el caldoso es el más nutritivo, ya que las moléculas están como vivarachas, gordas, y eso sería mejor”, completa la sabelocasitodo.