Una vez más, la Editorial Bonaerense, sello editor del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, desarrolló un proyecto que busca darle difusión a los grandes hitos de la historia cultural del distrito más extenso del país. En este caso, se trata de la edición facsimilar de un folleto desarrollado en 1949 por el Museo Provincial de Bellas Artes “Emilio Pettoruti”, bautizado de esa forma en honor del famoso pintor argentino, quien dirigió la institución entre 1930 y 1947. Dicho cuadernillo tenía como fin divulgar una iniciativa que el mismo Pettoruti había imaginado durante su gestión, pero que recién pudo ser llevada a la práctica dos años después de su salida del Museo. Se trata del llamado Vagón del Arte, un plan que proponía utilizar a los Ferrocarriles Argentinos, que habían sido nacionalizados un año antes durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, para acercar el patrimonio del Museo a los distintos pueblos dispersos a lo largo y ancho del territorio bonaerense.

Con el propósito de “derribar los muros elitistas que las categorías de las bellas artes levantaron históricamente entre las obras y los públicos”, como lo explica en el prólogo de esta nueva edición Federico Ruvituso, actual director del Museo, se decidió acondicionar un vagón de tren para que pudiera funcionar como sala de exposiciones rodante. El objetivo: si la gente no puede acercarse al arte, es necesario acercar el arte a la gente. Así se creó este espacio ambulante pensado para exhibir de manera ágil y dinámica distintas muestras que abordaran las diferentes disciplinas artísticas. Una vez que la idea consiguió ser puesta en marcha bajo el nombre de Vagón de Orientación Cultural, el propio Museo de Bellas Artes de la provincia tomó la decisión de apoyar su lanzamiento a través de un folleto que explicara su intención y funcionamiento. Con el título de Vagón del Arte. Ver, oír, leer, este material circuló mientras la iniciativa mantuvo su actividad, hasta 1951.

El museo bonaerense.

La nueva edición lanzada por la Editorial Bonaerense reproduce con exactitud el material original, editado durante la gestión al frente del Museo Provincial de Bellas Artes del pintor francés Numa Ayrinhac (famoso por haber pintado los cuadros más conocidos de Perón y su esposa Eva Duarte). Pero también incluye una breve nota editorial, en la que se explica el contexto en el cual fue editado el folleto por primera vez. Además del mencionado texto introductorio a cargo de Ruvituso, donde el actual director realiza una ajustada cronología del proyecto, explica su función y su funcionamiento. Por último, un “Anexo Documental” cierra el librito (que por su formato se asemeja más a una revista), dejando constancia de la forma en que la iniciativa fue recibida y anunciada en diversos medios periodísticos de la época, como los diarios El Tiempo y La Razón o publicaciones periódicas como Continente  o Ver y Estimar. El conjunto cumple con esbozar una idea bastante certera acerca del proyecto, su naturaleza y sus alcances.

La portada de la obra.

Por supuesto, esta edición de Vagón de Arte sirve además para indagar en las formas de comunicación de mediados del siglo XX. Sus páginas permiten espiar ese pasado a través de una rendija luminosa, que tiene entre sus mayores encantos las ilustraciones originales, que dan cuenta de forma práctica acerca del funcionamiento y el formato de aquel centro de exposiciones trashumante. Las mismas fueron realizadas por el artista valenciano Mariano Montesinos, quien por entonces cumplía funciones como secretario Técnico del Museo. El conjunto incluye grabados, dibujos y planos que ayudan a entender de qué se trataba aquel maravilloso Vagón de Arte.