Fue el partido consagratorio, el que lo pone como una figura del fútbol mundial a Kylian Mbappé. Sus dos goles en la victoria por 4-3 de Francia ante Argentina por los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 lo sitúan como una de las caras de la pelota. La vida de Mbappé -19 años, nacido en Bondy, atacante del París Saint-Germain- ya no será igual: con sus goles, de hecho, algunos recordaron que Pelé metió los suyos y ganó el Mundial de Suecia 1958 con menos de 20 años, cuando era un adolescente. De momento, suma tres goles en su primer Mundial -le había hecho uno a Perú- y se posiciona como el quinto máximo goleador francés en la historia de la Copa del Mundo, detrás de Just Fontaine (13), Thierry Henry (6), Zinedine Zidane y Michael Platini (5).

Sí, se metió entre esos futbolistas, entre los mejores del fútbol galo de todos los tiempos.

Este sábado en Kazán, además de sus dos tantos en cuatro minutos, Mbappé fue el artífice de la corrida en la que Marcos Rojo le cometió penal en el primer tiempo, lo que abrió el partido a favor de Francia ya que Antoine Griezmann lo cambió por el 1-0. Mbappé brilló con elegancia y velocidad, en cada contraataque y en la definición. Con luz propia. Su rendimiento desnudó las grietas defensivas de Argentina y ahora sueña con ser el rey de la Copa. Dependerá del equipo de Francia. Por lo pronto, Mbappé es el primer jugador menor de 20 años que marca dos goles o más en un partido de un Mundial después de Pelé en Suecia 58. Mbappé es el chico hijo de refugiados, de un camerunés y de una argelina, que no quiso irse al Real Madrid de España para quedarse en los suburbios de París. 

Demoledor con espacios, potente y hábil al mismo tiempo, fue el presente y es el futuro del fútbol.