Apenas 12 horas después de que el presidente Alberto Fernández señaló su intención de ser inflexible con las empresas que despiden trabajadores, una de las principales patronales de medios anunció su decisión de cerrar y echar a todos los empleados.

Eduardo Lerner, dueño de las editoras Publiexpress y Grupo Azara, amenazó a sus trabajadores con un presunto cierre total en nombre de la situación económica creada por la cuarentena. Entre otro títulos, Lerner es el propietario de Pronto, la revista más vendida del país de alcance nacional. La empresa además habría decidido cerrar IPESA, su propia planta impresora, que tiene un plantel mayor a los 100 operarios y a todo el personal administrativo. Lo cierto es que las medidas de Aislamiento Social Obligatorio apenas afectaron una de las ediciones impresas de las revistas que, de cualquier forma, fueron publicadas en versión digital a través de internet.

Los trabajadores se declararon en “estado de alerta” y publicaron un comunicado difundido por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) mediante el cual denunciaron a sus dueños, Eduardo Lerner y Abel Nahon, por “intentar aprovechar la tragedia que vivimos todos los argentinos con la pandemia del COVID-19 y el aislamiento preventivo y obligatorio, para despedir a más de 80 trabajadores con indemnizaciones a la baja”.

Es que la patronal pretende cesantear a sus empleados bajo el amparo que otorgan las razones de “fuerza mayor” y que, según la Ley de Contratos del Trabajo (LCT), habilita a indemnizaciones del 50%. Se trata, precisamente, de los artículos que el titular de la CGT, Héctor Daer, pidió suspender durante el período que dure la emergencia para que opere el decreto de doble indemnización como una forma de desincentivar, aunque no prohibir, los despidos o suspensiones.

Los delegados de Publiexpress señalan que “mientras millones de argentinos dignos se solidarizan unos con otros y hasta se juegan la vida por salvar la del prójimo, Lerner y Nahón solo piensan en sus ganancias, y en cómo pueden beneficiarse de esta terrible situación”.

A su vez, argumentan que “está claro que una revista que tiene 24 años de existencia, que es la número uno del país desde hace más de una década y que hoy vende entre 35 y 40 mil ejemplares por semana, no puede presentar en siete días una supuesta inestabilidad que obligue a su cierre”.

Y, a conciencia de las prácticas patronales muy extendidas en el sector, se adelantan: “Conocemos la estrategia de la patronal, que es la de presentar este cierre fraudulento para, una vez que pueda concretar las indemnizaciones a la baja, volver a reabrirla con personal tercerizado”. De hecho aseguran que “es lo que viene haciendo la empresa desde hace años con otras publicaciones de Publiexpress como fue el caso de Pop Star o Buenas Ideas”.

Al mismo tiempo, interpelan al presidente Alberto Fernández recordando que “fue claro en su último discurso” al señalar que iba «a ser inflexible con los que despiden gente. Si algo nos tiene que enseñar la pandemia, es la solidaridad, acá nadie se salva sólo”.

Benito de Miguel, gerente de Publiexpress en diálogo con Tiempo, confirmó el cierre de la empresa pero se excusó de dar detalles sobre el marco alrededor del cual pretenden avanzar con la medida.