El marco de la economía general viene golpeando duramente a la producción nacional, en especial a las pequeñas y medianas industrias, entregadas al intento de un equilibrio que por momentos se vuelve utópico.

La situación de los productos sensibles, como el calzado, es particularmente representativa de esa realidad. En el último tiempo esas empresas vienen resistiendo una presión que tiene dos frentes, la importación descontrolada, y la fuerte caída del poder adquisitivo del salario.

En el primer mes y medio del año el ingreso de zapatos fabricados fuera del país subió un 62% mientras que las ventas de las fábricas a las zapaterías locales se retrajo el 40%.
Para dar cuenta de una situación, el titular de la Federación Argentina de la Industria del Calzado y Afines (FAICA), Alberto Sellaro, y sus pares de Santa Fe y Córdoba, Damián Valerio, y Hugo Albado, ofrecieron una conferencia de prensa en la que denunciaron el golpe de las políticas económicas oficiales en el sector.

Tras vender 125 millones depares en 2015, las fábricas apreciaron una caída contundente que tuvo piso en los 111 millones el año pasado, lo que representó un 14 por ciento menos.

Por las caídas de las ventas, las firmas despidieron a 4000 personas. Las suspensiones y adelantos forzosos de las vacaciones también estuvieron a la orden del día.

El titular de FAICA evaluó que los funcionarios que entienden en materia productiva “demuestran voluntad pero con la voluntad no alcanza”. En ese contexto, recordó que el equipo económico oficial “nos había prometido un ingreso de 24 millones de pares de todo tipo y origen pero en la realidad ingresaron 27,3 millones” con el consecuente impacto en la demanda de producción local.

Sellaro denunció que las condiciones actuales garantizan “un negocio para el importador” y reclamó condiciones para que las pymes, que constituyen la inmensa mayoría del parque productivo del calzado, puedan trascender las fronteras y exportar su producción a destinos del exterior. Entre esos incentivos, Valerio planteó la necesidad de incentivos fiscales y reducciones de las cargas patronales, así como también “eventualmente” una modificación del tipo de cambio.

Los empresarios lamentaron que presentaron un proyecto en el que desarrollaron ese reclamo con sus demandas de medidas pero no tuvieron devolución del ministro de la Producción, Francisco Cabrera. “Hay voluntad pero con la voluntad no alcanza”, consideró Sellaro.