En cuatro meses de gobierno, Mauricio Macri logró lo que poco tiempo atrás parecía imposible. El próximo 29 de abril se producirá una acción unificada de todas las centrales obreras. Las tres vertientes de la CGT y las dos de la CTA convocaron en conjunto a un acto de conmemoración del 1º de Mayo que, aclararon, será también una jornada de protesta contra el ajuste, los despidos, el Impuesto a las Ganancias sobre los salarios y por las paritarias.

El acto también buscará apuntalar el proyecto de emergencia ocupacional que fue aprobado por mayoría en las comisiones del Congreso y que desde que comenzara su elaboración cuenta con el apoyo de las cinco centrales.

Es que el gobierno ya adelantó que, si se aprobara definitivamente, hará uso del veto presidencial para impedir su implementación. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se mofó en la red social Twitter al señalar que “no se cuida el empleo con una ley”. Rápidamente Hugo Moyano advirtió que “va a ser un golpe y un error muy grande que va a cometer el gobierno, y seguramente el conjunto de los trabajadores no lo va aceptar de ninguna manera”.

Sin embargo, y a pesar de la oleada de despidos y la espiral inflacionaria, la convocatoria del 29 no será en el marco de un paro nacional ni tampoco movilizará al Parlamento en defensa de la aprobación del proyecto de ley antidespidos.

Con todo, la acción en sí misma expresa un punto de acuerdo entre todas las representaciones sindicales acerca de la caracterización de la coyuntura, marcada por el ajuste económico y social y el papel que están dispuestas a jugar esas conducciones para ponerle un límite.

Omar Plaini, diputado nacional por el FPV y secretario general del sindicato de canillitas enrolado en la CGT de Hugo Moyano, puntualizó a este diario que “las cinco centrales coincidimos en esta agenda y tenemos una mirada similar respecto del gobierno. Vemos que todas las políticas que ha implementado desde su asunción han ido en dirección de la concentración de fenomenales recursos a los sectores más poderosos como, por ejemplo, quitando retenciones al agro y la minería”. Sobre la movilización del próximo viernes, detalló que “no va a ser una jornada sólo de conmemoración sino también de protesta contra los despidos y otros temas, como Ganancias”.

En paralelo, la CGT ya está preparando las condiciones para su reunificación en agosto luego de la denominada “reunión de Castelar” realizada en octubre del año pasado. El nuevo escenario ha colocado, otra vez, a Hugo Moyano como articulador de la interna de los sindicatos y como nexo con el gobierno. El corrimiento de la movilización hacia el Monumento al Trabajo en la avenida Paseo Colón, de hecho, se produjo como resultado de la reunión de las centrales obreras con el presidente, que encabezó el camionero y de la cual habrían obtenido algunas concesiones puntuales vinculadas como el reclamo del pago de las deudas para la capitalización de las obras sociales.

Ese golpe de timón de Moyano amenazó con derruir el acuerdo de una acción en común. Sin embargo, la sangre no llegó al río. Pablo Micheli, secretario general de la CTA Autónoma, señaló a este diario que, si bien participarán de la movilización, para ellos “hay motivos de sobra para un paro nacional” y que “la movilización debió ser al Congreso para defender la ley de emergencia ocupacional”. Para Plaini, sin embargo, la marcha al Parlamento “sería contradictoria porque en el Congreso estarán trabajando los diputados y porque los representantes gremiales en el Congreso estamos haciendo un gran trabajo, podría ser malinterpretado”.

Hugo Yasky, secretario general de la CTA de los Trabajadores, consultado sobre los motivos y la pertinencia de la modificación del destino de la movilización aclaró que “el reclamo de las obras sociales que hace la CGT es legítimo porque emana de las necesidades de los trabajadores y no de los dirigentes. La movilización que yo hubiera elegido, más allá del destino concreto, es la que garantice la unidad de las cinco centrales”, disparó.

Los dirigentes sindicales todavía no ven condiciones maduras para convocar un paro general contra el ajuste. Plaini dijo que “nadie puede decir que no hayamos tomado medidas contra el actual gobierno aun teniendo menos de cinco meses de gobierno. Si aceleramos, nos dicen desestabilizadores; si somos racionales, hay connivencia. Las organizaciones de base pararon, ahora viene la etapa de las centrales. Si el gobierno no cambia el rumbo, se va a agudizar la crisis y el movimiento obrero va a tener que dar una respuesta”.

Opiniones

Néstor Pitrola, diputado nacional Frente de Izquierda-PO
Es necesario un paro nacional

Los trabajadores estamos sufriendo las consecuencias de la política pro-buitre. En todo el país se imponen tarifazos, despidos, Impuesto a las Ganancias y bajos salarios. La comisión de Trabajo en Diputados aprobó un proyecto por mayoría que prohíbe despidos. No obstante, permite la “opción” indemnizatoria, que puede ser usada para despidos encubiertos y no prevé los cierres de empresas. Estos puntos están incluidos en el dictamen de minoría que presentó el Partido Obrero. Pero el peregrinaje parlamentario conduce a un callejón sin salida. Para frenar los despidos, las centrales deben convocar a un paro nacional, consigna que levantaremos ante la marcha del 29 y en la Plaza de Mayo, el 1°.

Héctor Recalde, diputado nacional FPVMacri lo hizo

Juan Domingo Perón solía afirmar con la lógica implacable que lo caracterizaban que si hay tres centrales obreras, no hay ninguna. En la actualidad existen cinco, sin comentarios. Sin embargo, siempre consideré que la inexistencia de una –una- central obrera ha tenido más que ver con rupturas a niveles de cúpula que en las bases. La unidad en el movimiento obrero organizado no se logró en estos últimos años pero aparentemente Macri estaría por lograrlo. La unidad, al menos en la acción de las centrales obreras se impone toda vez que no es dable concebir que presencien atónitas los despidos masivos. Si de puestos de trabajo se trata, ni uno menos!