Los combustibles podrían ser el primer sector donde el gobierno convalidaría un traslado de los efectos de la devaluación a los precios al público. Los representantes de las principales empresas petroleras aguardan por estas horas el llamado por parte de la Secretaría de Energía a una reunión donde se discutirán los pasos a seguir.

A la espera de las conversaciones, en varias ciudades del interior ya hay reportes de un ajuste en el precio de las naftas y el gasoil. Según diferentes medios periodísticos, en Rosario comenzaron a aplicarse el lunes por la tarde, con un alza promedio del 7%, y en Córdoba se aplicó un 5% desde la primera hora del martes. En ambos casos el valor de la nafta súper quedó por encima de los 285 pesos por litro y la premium, en torno a los 350 pesos.

En realidad, el encuentro entre autoridades y empresarios ya estaba previsto para esta semana, dado que este martes vence el acuerdo por el que el sector se había incorporado al programa Precios Justos. En el marco de esa iniciativa, la pauta de incremento oscilaba en torno al 4% mensual. Eso provocó un retraso en comparación con la inflación, que en el último tiempo mostró índices bastante superiores.

La anfitriona será la secretaria de Energía, Flavia Royon. A las conversaciones serán citados, entre otros, los representantes de YPF, PAE (Axion), Raizen (Shell) y Transfigura (Puma). En el sector estiman que deberían agregar un 20% extra para compensar lo perdido en estos meses. Como medida de presión, en los dos últimos meses las empresas adelantaron unos días las modificaciones de precios que habitualmente se aplicaban a mitad de mes. Un intento de romper esa pauta y llevarla por encima del 7% quedó en la nada luego de una advertencia pública a las petroleras por parte del ministro de Economía, Sergio Massa.

Sin embargo, a la mesa se podrían sentar otros representantes del gobierno. Ocurre que el lunes hubo un reacomodamiento interno en la mesa chica del Ministerio de Economía y se decidió que los acuerdos de precios con el sector privado serán negociados por una unidad que encabezará el director de Aduanas, Guillermo Michel, y que también integrarán Gabriel Rubinstein (secretario de Programación Económica), Matías Tombolini (secretario de Comercio) y Carlos Castagneto, titular de la AFIP. Hasta ahora el encargado de esas conversaciones con las empresas era Tombolini.

La negociación sería un caso testigo de cuál será el criterio que el gobierno pondrá en práctica con el sector privado luego de la devaluación post-PASO que llevó el dólar mayorista a 350 pesos. Desde el Banco Central dejaron traslucir que la paridad, que está 22% por encima de la que regía hasta el viernes pasado, quedará fija hasta octubre, en un cambio de postura con relación a las actualizaciones diarias y controladas (modalidad conocida como crawling peg) que venía realizando la entidad.

Una zanahoria que podría ofrecer el gobierno es la implementación de descuentos impositivos para las firmas que ingresen al acuerdo, como así también el ofrecimiento de que el BCRA les entregue una letra cambiaria que sirva como seguro ante los proveedores del exterior para garantizar las importaciones, según adelantó la agencia NA.

El objetivo del equipo económico es que las firmas absorban una parte de los mayores costos generados por la devaluación y así morigeren el pass-through (traspaso a precios). De todas maneras, el nuevo tipo de cambio ya provocó inquietud en el sector empresario y no se descartan subas de precios en alimentos y bienes de la canasta básica para las próximas horas.