La decisión del Banco Central (BCRA) de permitir a los bancos usar hasta el ciento por ciento de los depósitos de los ahorristas para adquirir las letras de liquidez (Leliq) logró una muy leve reducción de la demanda sobre el dólar. Este efecto lo logró la autoridad monetaria con el agregado de una nueva suba de la tasa de interés.

Este jueves, la autoridad monetaria emitió la Comunicación A 6661 por la que elevó la cantidad diaria de Leliq que pueden tener los bancos al equivalente del ciento por ciento del valor de los depósitos de los ahorristas. El 8 de febrero pasado, apenas un mes y medio atrás, el BCRA había dispuesto que esa equivalencia fuera de sólo el 65%.

Esta decisión surgió después de una pulseada entre el BCRA y los bancos, que han ganado los segundos con facilidad. Desde mediados de febrero cayó la tasa de crecimiento de los plazos fijos al punto que a fin de ese mes los pronósticos de los analistas sugerían que, por primera vez desde octubre pasado, se produciría un descenso en el stock de plazos fijos y que esto sucedería en este mes de marzo.

Los plazos fijos son una parte fundamental del engranaje del BCRA para contener el valor del dólar. Los ahorristas hacen plazos fijos y con ese dinero los bancos compran Leliq. De esa forma, el BCRA absorbe dinero que sobra porque no tiene uso en la actividad económica. Es un método muy caro, pero el único que pergeñaron el Banco Central y el Fondo Monetario para estabilizar el valor del peso.

Los plazos fijos crecieron más lentamente en febrero porque los grandes ahorristas empezaron a notar que la tasa mensual de interés que recibirían era menor a la inflación. El BCRA comenzó a presionar a los bancos para que suban la remuneración a esos ahorristas. Los bancos contestaron que para ello el BCRA debía eliminar la restricción del 65% de febrero.

Si los bancos amplían la cantidad de dinero que pueden poner en Leliq, aumentan sus ganancias por la diferencia entre lo que reciben por Leliq y lo que pagan a los ahorristas, así suban algo esta remuneración.

Así las cosas, el valor del dólar mayorista cayó levemente el jueves, apenas un 0,5% o 24 centavos, al pasar de $ 43,87 a $ 43,63. En el mercado minorista pasó  de $ 44,92 a $ 44,69.

En la caída leve del valor del dólar también influyó una nueva suba de la tasa de interés que paga el BCRA por la Leliq, que es la tasa de referencia para los créditos y préstamos. La tasa promedio de la subasta de la tarde que aceptó pagar el Cantral alcanzó la friolera de 68,458% mientras que la de la mañana había sido de 68,237%. A su vez, ambas fueron superiores a las del miércoles.

Pero el dato más llamativo fue que las tasas de interés que pagan los bancos a sus ahorristas no sólo no subieron sino que bajaron. Por plazos fijos de $ 20 millones cayó del 46,87% del miércoles al 45,18%. La de plazos fijos de 1 millón de pesos (conocida como Badlar) cayó de 44,12% al 43,25% y la de plazos fijos a 59 días para depósitos más chicos pasó de 42,68% a 41,75%.

El Banco Central no puede domar al dólar. Tampoco a los bancos y los grandes especuladores.