El gobierno brasileño anunció que cerrará la oficina de representación del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Brasilia, la capital del país. El FMI admitió que había “acordado” ese paso, pero el anuncio igualmente sorprendió al mundo financiero internacional ya que no había indicaciones de que eso fuera a suceder.

El cierre de la oficina no tiene mayores consecuencias; no quiere decir que Brasil haya decidido “romper” con el Fondo Monetario, sino apenas el cierre de una oficina que no era obligatorio mantener.

El FMI mantiene abiertas oficinas en los países con los que tiene créditos vigentes. Brasil no se encuentra en esa situación desde que en 2005 el gobierno de Lula Da Silva pagó la totalidad de la deuda que existía hasta ese entonces. Eso sucedió un día después de que la Argentina hiciera lo mismo.

Paulo Guedes, el ministro de Economía brasileño, dijo al respecto: “Hace años que no se les necesita aquí. Se quedaron porque les gusta la feijoada, el futbol, la buena conversación y, de vez en cuando, criticar y hacer predicciones equivocadas”.

Justamente, el disparador de esta decisión fue, según el gobierno brasileño, las perspectivas negativas que el FMI presenta para la economía local en 2022, un año en el que el presidente Jair Bolsonaro volverá a presentarse a las elecciones presidenciales contra Lula Da Silva. Las últimas encuestas le dan al líder del Partido dos Trabalhadores una diferencia favorable sustancial sobre el actual mandatario.

En su última revisión anual de la economía brasileña, en septiembre pasado, el FMI cerró su informe indicando que “tiene una oficina de representación residente en Brasilia. La Representante Residente es la Sra. Joana Pereira, quien asumió el cargo en julio de 2018”.

Consensuado

Guedes agregó que el nombramiento del brasileño Ilan Goldfajn, ex presidente del Banco Central de Brasil, como director del FMI para el Hemisferio Occidental contribuyó al acuerdo de cerrar la oficina. “Hay un brasileño muy bien informado y preparado, que nos criticará desde allí (Washington). No hace falta otro representante aquí”, añadió el ministro.

En un comunicado, el Fondo Monetario Internacional reconoció que cerrará su oficina en junio tras llegar a un acuerdo con el gobierno brasileño. “Esperamos que la alta calidad del compromiso entre el Fondo y las autoridades brasileñas continúe mientras trabajamos estrechamente para apoyar a Brasil en el fortalecimiento de su política económica y su entorno institucional”, informó el organismo internacional.

Un diplomático en Brasilia en diálogo con Financial Times dijo que la decisión de cerrar la oficina fue supuestamente «mutua, pero el gobierno brasileño quiso hacerla confrontacional”.