El gobierno nacional salió a desmentir rumores que indicaban una negociación en curso con bonistas privados para postergar los pagos de la deuda en dólares previstos para el primer trimestre del año que viene.

El encargado de rechazar esas versiones fue el secretario de Finanzas, Eduardo Setti. “Desde el gobierno nacional no se está trabajando ni evaluando ninguna alternativa de postergación de pagos de intereses de títulos en moneda extranjera, las cuales consideramos delirantes y que sólo buscan incrementar la volatilidad de los mercados”, dijo el funcionario a través de sus redes sociales.

Los pagos en cuestión corresponden a los intereses de los bonos emitidos en 2020, en ocasión de la última reestructuración de la deuda soberana en moneda extranjera. Los mismos involucran alrededor de U$S 1.000 millones y deben cumplirse el 9 de enero.

La especie había sido lanzada el lunes a través de la señal televisiva LN+. El periodista Carlos Pagni había dicho que si Sergio Massa gana las elecciones podría pedirse “un puente (de tiempo) tratando de llegar a la cosecha, marzo o abril, porque no hay dólares”. También especuló con una postergación de ese vencimiento a cambio de una tasa de interés más elevada. “Dicen que ya hubo un banco importante internacional que hizo una propuesta. Son especulaciones que ya están circulando”, dijo el analista.

Los rumores (que Pagni se cuidó de decir que son “hipótesis, conjeturas”) no tuvieron un impacto destacado en la de por sí deprimida cotización de los bonos argentinos. De hecho, el riesgo país, indicador que se elabora a partir del interés implícito que abonan esos títulos (a menor precio, mayor tasa y mayor riesgo país) no aumentó y hasta decreció unos 28 puntos básicos en la última semana.

A pesar de todo ello, la situación para el Tesoro no es cómoda ya que debe afrontar fuertes obligaciones en dólares en los próximos meses. Por fuera de los intereses de los bonos (cuyos pagos de capital recién comenzarán hacia fines del año que viene), se vienen abultados vencimientos con organismos internacionales. Como siempre, el Fondo Monetario Internacional es el primero en la fila a la hora de reclamar dinero: entre diciembre y enero hay que abonar U$S 2.800 millones de amortización por el crédito que el organismo otorgó a Mauricio Macri en 2018.

Hasta ahora la entidad gira trimestralmente dinero a la Argentina para que cancele esas cuotas (desembolsos que a su vez deben ser devueltos dentro de cuatro años). Sin embargo, la relación se puso muy tirante en los últimos meses y la continuidad de ese mecanismo de repago es una incógnita. Si el vínculo no se normaliza, cabe la posibilidad de que el gobierno deba afrontar esos compromisos con recursos propios.

Mientras tanto, desde el Palacio de Hacienda continúan apostando a financiar el déficit primario con deuda en moneda local. Las próximas licitaciones de títulos serán desafiantes porque se darán el martes 21 y el martes 28, justo después del balotaje presidencial. Será un momento para medir el humor de los mercados ante la definición sobre el signo del próximo gobierno.