El libre uso de una parte de los yuanes depositados en el Banco Central dará un mayor margen al gobierno en su esfuerzo por generar un colchón de reservas que permita garantizar las importaciones y evitar sobresaltos en el mercado cambiario.

“Lo que representa el swap, o la ampliación del uso del swap para la Argentina, es contar con 5.000 millones de dólares más en las reservas a la hora de disponer la acción del Banco Central para el fortalecimiento de nuestra moneda, de manera tal que esto no solamente engrosa, sino que aumenta la capacidad de acción en el Mercado Único Libre de Cambios”, dijo Sergio Massa desde Indonesia. El ministro de Economía fue uno de los que acompañó al presidente Alberto Fernández en su reunión con Xi Jinping, el presidente de la República Popular de China, en el marco de la cumbre del G20.

En ese encuentro se acordó que hasta 25 mil millones de yuanes que ese país tiene depositados en el BCRA sean considerados “de libre disponibilidad”. Esto permitirá exceder las dos principales funciones de ese swap: engrosar las reservas internacionales de ambas naciones (Argentina también depositó pesos en el Banco Popular de China) y facilitar el comercio entre ambos países sin tener que recurrir al dólar.

“Hoy lo que nos informó el presidente Xi es que había autorizado al gobierno chino a que la Argentina disponga libremente de 25.000 millones de yuanes, que significan 5.000 millones de dólares. Es una gran noticia, agradecimos profundamente. El presidente Xi me explicó que era una excepción absoluta que hace China para con la Argentina y así lo tomamos y lo agradecemos», dijo Fernández tras la reunión. De todas maneras, habrá que aguardar las precisiones técnicas: a partir de cuándo se podrá usar ese dinero, el monto final (la paridad del yuan con respecto al dólar es de 7 a 1, bastante diferente que la cuenta que utlizó el Presidente) y si se mantendrá la elevada tasa de interés de casi 8% anual prevista en los casos en que el país decida activar el uso.

El swap consiste en un intercambio de divisas o dinero que se pacta entre dos entidades por un período determinado. El que acordaron los gobiernos de Argentina y China data de 2009 y fue renovado en varias oportunidades. Se estima que algo más de la mitad de las reservas internacionales del Banco Central (que al lunes último totalizaban U$S 38.006 millones, según informó la entidad) están en yuanes. Si a ello se suman los encajes de los depósitos en dólares del sector privado y otros montos indisponibles, las reservas netas del BCRA, con las que puede atender necesidades del comercio internacional y sostener la paridad del peso, son muy reducidas.

A ello se suma que pasado el veranito que significó el dólar soja (el régimen preferencial para la liquidación de divisas generadas por ese sector), los dólares siguieron saliendo sin continuidad de las ventanillas del Central. La merma en exportaciones significó que la entidad perdiera unos U$S 500 millones en octubre. Este mes el problema se agudizó: “El BCRA terminó su actividad del lunes con ventas por U$S 100 millones, para atender la demanda en el mercado. En noviembre acumula ventas por U$S 863 millones, la segunda marca más alta del año por ese concepto”, señaló el analista Gustavo Quintana, que sigue de cerca lo que sucede en el mercado de cambios.

En ese sentido, el tránsito hacia los meses de la cosecha gruesa (el segundo trimestre del año, en el que hay fluidez de divisas por las exportaciones de origen agrícola) luce complicado. A ello se suman las preocupaciones por el impacto que tendrá la sequía en la próxima cosecha. Sólo en materia de trigo “la pérdida de superficie cosechada a nivel nacional es la más alta en cuatro décadas”, estimó la Bolsa de Comercio de Rosario.