Los dirigentes de la UIA se manifestaron “escépticos” después de escuchar la propuesta del gobierno nacional de relanzar las mesas de competitividad de cada sector de la industria.

Esa fue la única alternativa que ofrecieron a la entidad fabril el jefe de Gabinete Marcos Peña y el ministro de Producción Francisco Cabrera después que los industriales reclamaron medidas para revertir una situación económica que afecta particularmente a las empresas pequeñas y medianas, que viven del mercado interno y que experimentan una fuerte baja de la actividad en sintonía con la caída del poder adquisitivo del salario.

La misma respuesta recibieron los dirigentes vinculados a las economías regionales, el otro gran grupo de empresas que confrontó con las autoridades en los últimos días en disconformidad con las condiciones económicas, informaron dirigentes que asistieron hoy a la reunión de la junta directiva de la UIA, en la sede de esa entidad en la Avenida de Mayo. En este último grupo fue clave el lobby de Copal, la entidad que preside Daniel Funes de Rioja, y que representa, entre otras, a Arcor, la empresa que se cruzó con el gobierno por la importación de tomates en lata. 

La UIA integra el denominado G6 (Grupo de las Seis gremiales empresarias más importantes del país). El G6 fue históricamente un grupo con fuerte poder de negociación y  una referencia ineludible para el diálogo con el sector privado. Pero ese rol perdió fuerza desde la asunción de Mauricio Macri, que en parte ascendió gracias al apoyo de federaciones como la  UIA pero una vez en el poder eligió como interlocutoras a otras organizaciones como la Asociación Empresaria Argentina (AEA) que está integrada por los dueños de las grandes empresas que operan en el mercado local. 

En los primeros meses del gobierno de Cambiemos se empezaron a visibilizar las primeras consecuencias de la política económica de Macri. El creciente aumento de las importaciones y la caída del mercado interno por la depreciación del salario afectaban claramente a las industrias pero fundamentalmente a las pymes, cuya actividad es dependiente de lo que pase con la economía fronteras adentro. En ese primer tramo la UIA se mantuvo acrítica y de  hecho apoyó activamente las reformas tributaria, previsional y laboral que impulsó la administración nacional como vehículo de competitividad. 

Este año, al calor del crecimiento de los problemas económicos, el perfil de la UIA empezó a tornarse crítico, especialmente sobre el problema de las importaciones. El cambio de perfil irritó al gobierno que salió al ruedo con descalificaciones a los industriales a quienes terminó llamando públicamente «llorones». Al cabo de la escalada verbal, Cambiemos citó a los principales dirigentes de la UIA para informarles la decisión de relanzar las  mesas que ya existían. Tras esa reunión, el grueso de la dirigencia productiva asistió hoy a escuchar la devolución del oficialismo. Pero las bajas expectativas de la previa se confirmaron durante la reunión.

Según pudo averiguar Tiempo, la propuesta de Cambiemos consistió en relanzar las mesas de diálogo que existían prácticamente desde la asunción de Mauricio Macri y que al día de hoy arrojaron resultados en general magros.

Los sectores que empezarían a trabajar en un nuevo espacio de negociación serían el textil, el del calzado, el de la metalmecánica, el de las maderas y muebles y el de los juguetes, entre unos diez sectores de la industria nacional.

Según contaron las fuentes, está previsto que el llamado del gobierno se realizará dentro de los próximos 15 días y, de acuerdo a lo dicho por Marcos Peña, Macri participará de algunas mesas personalmente.

Pero para muchos industriales, se trata apenas de gestos del Ejecutivo que no cambian sustancialmente el fondo en el que las empresas se desenvuelven en forma cotidiana. Aunque se esperaba una reunión difícil por las necesidades de los sectores, hoy las alternativas se desarrollaron en un marco de tranquilidad “porque el diálogo sigue abierto”.

Sin embargo la impresión de los dirigentes del sector secundario en general es que siguen faltando medidas y la perspectiva es negativa porque, lejos de impulsarlas seriamente, el gobierno ratifica su política económica sin ofrecer cambios de rumbo al menos parciales.

Un referente de uno de los sectores en los que se relanzará la mesa de negociación contó a este medio que, según el gobierno, estas mesas de competitividad “van a ser más amplias que las previas”. El gobierno también se comprometió a cumplir un rol más activo que en las mesas anteriores. “Esta vez las va a manejar Peña con alguna presencia de Macri”, aunque la fecha concreta del relanzamiento todavía no está confirmada.

Para los más escépticos: “Es la continuidad de las mesas originales. Frente a los problemas que están teniendo muchos sectores industriales la respuesta es abrir el diálogo de una manera más dinámica a través de mesas sectoriales”. Pero, según transmitieron los emisarios que la semana pasada se reunieron con Peña y Cabrera, el gobierno hizo hincapié en un pedido especial relacionado con la interacción de los industriales con la prensa.

“De alguna manera hay una especie de acuerdo de que los problemas de la industria se trabajen de una manera profesional y no se haga prensa con ellos”, señaló uno de los hombres que se sentó a escuchar el mensaje de los portavoces del presidente.

El titular del Ejecutivo pidió “no criticar a través de los medios. No se dijo en esos términos pero es el espíritu de lo que se dijo: no comunicarse a través de los medios sobre los problemas y sentarse en una mesa a dialogar directamente”, explicó el empresario.

Otro representante que hoy fue de la partida apuntó que: “La industria tiene problemas concretos que las mesas podrían resolver en algún caso pero en otros no. La falta de competitividad que complica los procesos de valor agregado en el país no se van a arreglar” con estas iniciativas.

En la UIA, agregó la fuente: “Muchos piensan eso porque no hay confianza en que de esa forma se vayan a solucionar los problemas que la economía no te soluciona. No hay expectativa de que lleguen por ese medio las soluciones a los problemas de la recesión”.

Entre otros temas polémicos, los referentes remarcan que la baja de impuestos “va a impactar en 4 años pero la recesión es actual. ¿Cuántas empresas llegan vivas a ese momento si se continúa con la apertura comercial? El gobierno ratificó la política económica. Todos queremos un destino de llegada donde la economía nacional sea competitiva pero para llegar a eso tenemos que partir de una lectura correcta de la situación. El gobierno piensa que la falta de competitividad es un problema sectorial, pero es estructural, de la economía”.