Facundo Leal es el director de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales SA (Arsat). Fue parte de la gesta inicial de la empresa, en 2006, y estuvo involucrado hasta 2012. Con la llegada del Frente de Todos al gobierno, el mendocino volvió a ser parte del proyecto y es hombre de confianza del presidente de la empresa, Pablo Tognetti.

Arsat firmó en la última semana un convenio con la Secretaría de Energía de la Nación, el Comité de Administración del Fondo Fiduciario para el Transporte Eléctrico (CAF) y Transener (dedicada al transporte de alta tensión), a partir del cual se hará la bajada de shelters e iluminación de 4405 kilómetros de fibra óptica no utilizada, siguiendo los tendidos de los cables.

En criollo, se utilizarán más de 4000 kilómetros de fibra óptica que hoy no se emplean, para reducir la brecha digital en 14 provincias del Noroeste y del Sur. Leal explicó en diálogo con Tiempo la importancia de esta iniciativa.

–¿Por qué no se utilizaban estos miles de kilómetros de fibra óptica?

–Es el resultado de un convenio que firmamos hace diez años y que no se había ejecutado. Gracias al impulso del presidente Alberto Fernández y del jefe de Gabinete, Juan Manzur, se impulsó desde la Secretaría de Energía y desde Arsat la posibilidad de ponerlo en marcha. Esto otorgará mayor conectividad a muchas ciudades de Santa Cruz, Chubut, Neuquén, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.

–¿De qué forma se llevará a cabo?

–Es fibra óptica que existe, que está tirada y hay que iluminarla. Es una iniciativa que tiene una inversión de más de 2000 millones de pesos y que otorgará conectividad en nuestros nodos para las distintas ciudades que atraviesa. Con Arsat, tenemos en el país un instrumento muy importante para que todo aquel que vive en el Norte o Sur pueda tener conectividad. Van a estar conectados los Centros de Atención Primaria de Salud (CAPS), por ejemplo. Se genera la posibilidad para mucha gente de tener acceso a la conectividad y va en el sentido de federalizarla y entenderla como derecho.

–¿Cómo afectó la pandemia al proyecto del Arsat SG1?

–Estamos bien con los tiempos, cumpliendo el cronograma, para lanzarlo en 2023. Arsat-SG1 es un proyecto muy grande. Es un satélite de última tecnología, de dos toneladas, con mucha más capacidad que los Arsat 1 y 2, que se hicieron ya hace muchos años y tienen completa su capacidad. Con este proyecto, se apuesta a la conectividad en zonas rurales, con cobertura no solo en Argentina, sino también en países limítrofes. Existe una ley de política satelital en Argentina que se dejó de cumplir con el gobierno anterior y se le dio nuevo impulso apenas asumió el nuevo presidente.

–¿Con qué situación se encontró cuando volvió a trabajar en Arsat?

–Fuimos parte, allá por el año 2006, de una ley histórica, que empezó con Néstor Kirchner, continuó con Cristina y luego se paralizó. Nos encontramos con el Arsat 3 suspendido y con una red de fibra óptica que estaba obsoleta, con apenas 10 gigas de capacidad de transmisión. Hoy, hemos llegado a 100 gigas e incluso más en algunas partes. Esto es gracias al trabajo en conjunto con Enacom, a partir del cual se logró este upgrade tecnológico de la Red Federal de Fibra Óptica (Refefo), que está hoy en un 85% ya funcionando y estará al 100% antes de fin de año. Arsat es un instrumento para lograr que el acceso a Internet sea un derecho. Estamos logrando una mayor conectividad en muchos pueblos y lograremos llegar a muchos más.

–¿Cuál es el proyecto a largo plazo?

–El sueño es que Argentina tenga soberanía satelital. No son muchos los países que la tienen y es un proyecto que nos enorgullece, tanto a nivel país como en toda la región. Seremos el único país de la región en tener soberanía satelital. El apoyo absoluto que hemos recibido de Manzur y del presidente hace que sea mucho más fácil trabajar, hace que podamos llevar ese sueño que empezamos en 2006 y que continuamos ahora. «

Una red de fibra federal

La Red Federal de Fibra Óptica (Refefo) tiene una extensión de 32 mil kilómetros. Atraviesa la Argentina de norte a sur y de este a oeste. Conecta los puntos de entrada de Internet en el país con los pequeños proveedores minoristas de ese servicio en el interior del país.

Se trata de una inversión cuantiosa, ya que al costo del tendido hay que agregarle los fondos necesarios para adquirir el equipamiento que permitirá «iluminar» la fibra, es decir, darle la capacidad de transmitir los datos.