Las expectativas de inflación tanto para junio como para el resto del año crecieron en forma abrupta a lo largo de mayo, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publicó el Banco Central el lunes 4.

De acuerdo con ese documento, 52 representantes de consultoras económicas, de bancos y casas de estudio coincidieron en señalar que en mayo se produjo un violento salto de la inflación que tendrá consecuencias sobre este mes y los próximos.

Así, mientras que en abril el mismo grupo de consultados pronosticó una inflación del 22 por ciento en 2018, un mes después alertaron que ese augurio subió la friolera de 5,1 puntos porcentuales, hasta el 27,1%.

Esa alza intermensual en el pronóstico de inflación es la mayor registrada en el REM desde que el Banco Central retomó su publicación en junio de 2016.

Si bien el BCRA no lo dice, claramente el alza de la expectativa de inflación es la consecuencia del impacto de la devaluación del peso en mayo. En general, hay consenso entre analistas de que la caída del peso ante el dólar impactará con fuerza en los precios internos, en un proceso que en la jerga financiera se conoce como “pass through” (pasar de un lado a otro, en este caso la suba del dólar a los demás precios internos).

La devaluación del peso ya tiene un antecedente, cuando la inflación se disparó tanto en febrero como en marzo, con 2,4% y 2,3%, respectivamente, luego de los movimientos cambiarios de diciembre y parte de enero.

Pero la suba del dólar de abril y mayo triplicó la de principios de año. De allí que su impacto se prolongue en el tiempo. Así, los consultados por la entidad rectora que dirige Federico Sturzenegger consideraron que la inflación de junio será del 2,4%, un 60% más que la calculada un mes antes, cuando la ubicaron en el 1,5%.

Para julio esperan un 2% mientras que en abril el pronóstico era del 1,4%. El movimiento ascendente se repite respecto de agosto, mes en el que prevén un alza de precios del 1,8% versus un 1,3% de solo un mes atrás.

El impacto inflacionario de la devaluación llega hasta noviembre, último mes analizado en forma individual, momento en el que la suba sería del 1,6% contra un 1,3% calculado en abril.

Tan importante como lo anterior es que el REM indica una suba de la inflación para los años venideros. Por caso, para 2019 los consultados auguran un alza de los precios minoristas del 19%, 4 puntos porcentuales más que la que preveían en abril, cuando la ubicaron en el 15%. Se trata de un incremento de las expectativas de inflación del 26%.

Y respecto del año 2020, la inflación prevista es del 14% mientras que en abril el pronóstico era del 11%.

A pesar de la evidencia, el BCRA aseguró que los pronósticos proyectan “hacia delante un sendero de reducción de la inflación para los próximos años”.