El ministro de Economía, Martín Guzmán, presentó el proyecto de Presupuesto 2021 este martes ante la comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Durante poco más de una hora expuso los ejes centrales que estructuran el texto oficial, tras lo cual –en una actitud sin muchos antecedentes– se quedó para contestar preguntas de los legisladores durante otra hora más.

Acompañado por el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, y el titular de la comisión, Carlos Heller, Guzmán desgranó los ejes del proyecto (los “principios” y “pilares” que contiene), además de detallar algunos programas concretos que están previstos allí.

A Guzmán se lo notó cómodo en la presentación, con ese estilo que dentro del gabinete califican de “zen” (como se señala habitualmente a las personas liberadas del estrés y la ansiedad). Agradeció las preguntas y no se alteró tampoco cuando respondió las chicanas esbozadas por los diputados de Juntos por el Cambio, que llegaron a decir que el gobierno, y por lo tanto él propio ministro, carecía de credibilidad. El blooper de Guzmán por la “saraza” no fue incluido entre las críticas. De alguna manera, el ministro se vio favorecido también por las normas de distanciamiento social que impone la pandemia de coronavirus, que le sacan dramatismo a los cruces verbales.

Ejes

La tranquilidad del ministro contrastó con el dato que se conoció el mismo martes, de una caída récord del 19,2% del Producto Bruto Interno en el segundo trimestre (abril a junio) de este año. Su exposición sobrevoló el tema, aunque no mencionó en concreto el número que el Indec había dado a conocer minutos antes.

“No hay estabilización macroeconómica si no hay recuperación de la actividad económica”, observó el ministro, quien enfatizó que el presupuesto apunta a generar crecimiento por medio del impulso de la inversión estatal. “Para crecer, esto requiere que el Estado impulse políticas activas en pos de la recuperación”, agregó.

La definición, más que un alegato en favor del intervencionismo estatal, es un reconocimiento de que la inversión privada será muy floja en 2021 y de que el capital privado actuará sólo cuando tenga la seguridad de la ganancia vía la asignación presupuestaria. Pero el motor de la inversión estatal tiene un límite, como lo admitió el propio ministro al resaltar que ese tope está, en definitiva, en la capacidad estatal de endeudarse.

El funcionario apuntó, además, que “el crecimiento del mercado interno tiene que ir de la mano del crecimiento de lo que se produce para el mercado externo, para evitar la falta de dólares, que es crónica de la economía argentina”. Al atar el mercado local con el de exportación, el gobierno podría estar contradiciéndose en relación a la suba real de los salarios en 2021, ya que éstos, que son los que traccionan el mercado interno, deberían adecuarse a un mercado mundial en contracción.

Las consultas de los legisladores fueron variadas aunque, de un lado, se notó el tono amable de los oficialistas y, del otro, la chicana de la oposición de JxC. La izquierda apuntó a impugnar los supuestos básicos del proyecto de presupuesto.

Para el martes 29 la comisión de Presupuesto espera a los secretarios de Haroldo Montagu (Política Económica), Diego Bastourre (Finanzas) y Raúl Rigo (Hacienda).