Desde Entre Ríos, el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Eduardo Lozano, trazó en una entrevista con este diario el diagnóstico socioeconómico de los sectores más desfavorecidos. Consultado por la carta del Papa Francisco donde el pontífice expresó, entre otros puntos, que los índices de desocupación son «significativamente altos» y las posteriores declaraciones referidas al tema del presidente de la Conferencia Episcopal Argentina José María Arancedo –quien marcó que»se espera una reactivación» en el país–, Lozano profundizó: «Impulsar la reactivación es responsabilidad del Estado Nacional, las Provincias, los Municipios, estableciendo reglas de juego que la promuevan según cada nivel. También los Empresarios y los diversos organismos competentes deben comprometerse en cuidar las fuentes de trabajo y procurar crear nuevas opciones», aclaró. «Se debería tener en cuenta especialmente a los sectores que más trabajo generan», completó.

–¿En qué contexto social y económico considera que se desarrollará este año la festividad de San Cayetano?

–La fiesta de San Cayetano tiene como lema habitual «Paz, Pan y Trabajo». Hace unos meses hemos señalado en la Pastoral Social que estamos atravesando una situación de «fragilidad laboral». Además, los aumentos en el costo de los alimentos han provocado que a mucha gente le cueste llegar a fin de mes de una manera digna. En algunos barrios se abrieron comedores o se reforzó la ayuda de entrega de alimentos. Pero hace falta trabajo digno. El Papa Francisco señaló en la carta que escribió para este 7 de agosto: «El pan te soluciona una parte del problema, pero a medias porque ese pan no es el que ganás con tu trabajo. Una cosa es tener pan para comer en casa y otra es llevarlo a casa como fruto del trabajo. Y esto es lo que confiere dignidad.»

–¿Qué índices viene teniendo en cuenta la Comisión Episcopal con respecto al empleo no registrado?

–En nuestro país hace tiempo que venimos con altos índices de trabajo no debidamente registrado. Según varios estudios, se ubican en esta condición más del 30% de los trabajadores: uno de cada tres. En este espacio se ubican unos cuantos emprendimientos de la «economía popular» o nuevas cooperativas en las cuales los trabajadores se han agrupado: pescadores, artesanos, recicladores de residuos, ladrilleros, horticultores, etc. Se las rebuscan, e intentan por medio del trabajo cotidiano cubrir el sustento familiar. Cuando no consiguen trabajar, no cuentan con una moneda para acercar comida a casa.

–En abril, usted mantuvo una reunión con dirigentes de diversas organizaciones sociales. ¿De allí surgió esta marcha de hoy desde Liniers a Plaza de Mayo?

–Hemos tenido varias reuniones en lo que va del año que son muy positivas porque ayudan a ponerles rostro concreto a los problemas y se comparten inquietudes, angustias, esperanzas. A veces también surgen algunas alternativas de caminos superadores. La movilización de hoy puede ayudar a visibilizar las situaciones de pobreza, en una conmemoración religiosa que tiene un fuerte arraigo popular.

–¿Qué problemáticas viene encarando y atendiendo la Pastoral como consecuencia de la falta de trabajo?

–Hemos realizado varias reuniones con organizaciones sociales, sindicatos, empresarios, funcionarios del gobierno. En todas ellas acercamos las angustias de quienes se quedan sin trabajo o tienen unas changas de vez en cuando y buscamos sensibilizar y alentar la búsqueda de soluciones.

–Desde la Pastoral, ¿cómo interpretan la consigna papal de las tres «T», «Tierra, Techo y Trabajo» ?

–El Papa, en la carta enviada para esta oportunidad señala: «Cuando pedimos trabajo estamos pidiendo poder sentir dignidad; y en esta celebración de San Cayetano pedimos esa dignidad que nos confiere el trabajo; poder llevar el pan a casa. Trabajo, esa T está en el entramado básico de los Derechos Humanos; y cuando pedimos trabajo para llevar el pan a casa estamos pidiendo dignidad.» Las tres «T» no son un lujo o la frutilla del postre, sino el punto de partida necesario para que de verdad haya equidad e igualdad de oportunidades. Si no, no hay justicia social.«