El tipo de cambio del dólar oficial podría volver a ajustarse según el ritmo de la inflación a partir de este miércoles, para evitar nuevos retrasos con relación al resto de los precios de la economía. La decisión está siendo evaluada en estas horas.

En realidad, la premisa de regresar a las microdevaluaciones diarias (crawling peg, en la jerga económica) administradas por el Banco Central siempre estuvo en la mente de las autoridades del área. Pero ahora se evalúan dos cuestiones: la intensidad de esos ajustes y si el inicio de la nueva etapa se postergará hasta la semana que viene, luego del crucial balotaje electoral que definirá al próximo presidente.

La actualización del valor de la divisa en escala similar a la inflación fue la política habitual que siguió en los últimos años el Banco Central, dirigido por Miguel Ángel Pesce. La experiencia demostró que esa práctica es preferible a los saltos bruscos del tipo de cambio, que se trasladan de inmediato a los precios y provocan una oleada de suba de precios; el ejemplo más reciente es la devaluación del 22% practicada el 14 de agosto, uno de los principales factores (no el único, por cierto) de que el índice de precios al consumidor subiera por encima del 12% en los dos meses siguientes.

En ese momento, el gobierno había anticipado que el tipo de cambio oficial permanecería fijo por dos meses. “Y desde el 15 de noviembre, crawl al 3% mensual”, había anticipado en sus redes sociales el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein.

“Hay establecido un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que prevé que el 15 de noviembre, antes del balotaje, empieza el crawl. Es más, te voy a dar otro dato, el primer día del crawl son tres pesos, para aquellos que especulan con el dólar futuro”, dijo el ministro Sergio Massa en una entrevista televisiva con la señal LN+.

Sin embargo, en el Palacio de Hacienda admiten que ese ritmo de actualización mensual es demasiado bajo ante una inflación que en octubre fue de 8,3%. De la misma manera, en el último trimestre, en el que la cotización del dólar oficial quedó fija, los precios al consumidor subieron 37,2%, según el Indec, por lo que en términos reales la divisa estadounidense está más barata que antes de esa devaluación.

Tanto o más relevante que ese punto es otro sobre el que también se avecina una decisión: la continuidad del régimen temporario que habilita a los exportadores a canalizar el 30% de las divisas obtenidas por sus ventas a través del canal de contado con liquidación (CCL). Ese mix permite que el tipo de cambio efectivo para los exportadores quede en torno a los $ 510 por dólar. Además, el flujo diario que se vuelca al CCL permite mantener la oferta y evitar que su precio se dispare, ahorrando las costosas intervenciones del Banco Central en ese mercado.

De acuerdo a los términos del decreto 549/23, que amplió a todos los sectores el beneficio que hasta el mes pasado beneficiaba solamente al complejo sojero y a las economías regionales, este régimen transitorio de liquidación de divisas estará vigente hasta el viernes 17, por lo que urge una determinación sobre cómo seguirá ese esquema en el corto plazo. En el largo, se sabe, la decisión estará vinculada al resultado que surja este domingo de las urnas.