La inflación acumulada en los últimos dos años y medio fue de 166% si se toma en cuenta el índice de precios al consumidor. Sin embargo, cuando se comienza a hurgar en los detalles, hay algunos rubros que superaron con holgura ese valor y más que triplicaron sus precios con relación a diciembre de 2019.

El cálculo fue realizado por el Observatorio de Políticas Públicas de la Undav (Universidad Nacional de Avellaneda), en base a los datos oficiales del Indec. Los autores del estudio analizaron su evolución desde que comenzó la gestión del Frente de Todos y realizaron un desagregado por divisiones. Allí se encontraron de que más allá de la difundida creencia de que son los alimentos y bebidas los que pican en punta a la hora de los incrementos (por cierto que subieron por encima del promedio), hay otros que subieron todavía a mayor velocidad.

En primer lugar en ese ranking se encuentra el sector de Prendas de vestir y calzado, que acumula una suba del 259% desde el inicio del gobierno de Alberto Fernández. En los últimos 12 meses el incremento de precios en el sector fue de 79,6%, lo que lo puso en la mira de muchos, sobre todo por la protección de importaciones de la que gozan los fabricantes. “Uno los protege y cuida, pero después eso se vuelve en contra de la gente”, llegó a decir Fernández en una entrevista.

Eso motivó un documento aclaratorio de Pro-Tejer, una organización integrada por las empresas de la cadena de valor industrial textil y de confecciones de todo el país. El informe de Pro-Tejer hace hincapié en que hubo “cinco años de precios de indumentaria aumentando por debajo de la inflación promedio (diciembre de 2016 a marzo de 2022)”, lo que implícitamente abre la puerta a la hipótesis de una recomposición de márgenes en ocasión de la suba de marzo, uno de los meses de mayor estacionalidad en los aumentos por el lanzamiento de la temporada otoño-invierno. Pero también responsabiliza al proceso inflacionario mundial y en particular a la suba de las fibras textiles importadas, como poliéster y nylon, que aumentaron más de 40% en dólares en los últimos dos años. También argumentan que la metodología con que el Indec mide la oferta de bienes del sector quedó desactualizada, porque falla en la ponderación que se le da a las prendas importadas y porque hubo una migración de los compradores de las grandes tiendas y shoppings a establecimientos más informales, como ferias callejeras y el gran centro que se formó en torno a la calle Avellaneda.

El resto de las divisiones

No sólo los textiles (que agregaron entre siete y nueve puntos al índice general en el último año) motorizaron la inflación. También quedó por encima de la media el rubro Restaurantes y hoteles, con 197% y un fuerte reacomodamiento a la salida de la pandemia. Alimentos y bebidas sumó 186% en estos dos años y medio, mientras que Transporte acumuló 169%, apenas por encima del promedio.

Por debajo quedaron Recreación y cultura (165%), Educación (157%), Equipos y mantenimiento del hogar (153%), Salud (150%), Bebidas alcohólicas y tabaco (149%) y Bienes y servicios varios (122%). Más rezagados quedaron Vivienda, Agua y Electricidad (84%) y Comunicación (76%), la mayoría de cuyos componentes están regulados.

El informe detalla algunos artículos de la canasta básica que subieron muy por encima del promedio general. Allí se destacan el asado (107 puntos porcentuales por encima del IPC), cebolla (61), queso cremoso y yerba mate (36 cada uno), aceite de girasol (13) y azúcar (13 puntos porcentuales). La Undav también estableció la relación entre esas subas de precios y los ingresos de los asalariados, medidos a través del RIPTE (remuneración imponible promedio de los trabajadores estables, que abarca a quienes están en relación de dependencia). “A precios de abril del año 2022, el RIPTE se encuentra un 2,4% por encima de lo registrado en diciembre año 2019”, señaló el trabajo.

El documento se dio a conocer en vísperas de que el Indec divulgue el índice de inflación de junio, que se dará a conocer el jueves. Se prevé un número elevado tanto para ese dato como para el que viene, que recogerá la oleada de remarcaciones desatada tras los cambios en el Ministerio de Economía, producidos en la primera semana de julio.