Tras una semana de debates dentro de las diferentes corrientes del movimiento sindical, todo indica que el próximo 4 de abril habrá una confluencia de todas ellas en la movilización que convocó la Central General del Trabajo (CGT). La marcha se hará desde la plaza de Once, a las 14 horas.

Dentro de la conducción de la CGT hubo algunas discusiones. Héctor Daer y Carlos Acuña, el binomio de conducción, encabezan al sector más dialoguista cuya principal preocupación es plantear una posición que ubica a las elecciones de octubre como la puerta de salida para el movimiento obrero.

Un texto que saldrá en forma de solicitada el mismo jueves de la marcha pondrá esta perspectiva en juego, aunque existe una minoría algo más confrontativa que aspira a que en el documento se deje entrever que esta movilización tendrá algún tipo de continuidad. Este punto es una divisoria de aguas: una fuente vinculada a la conducción de la CGT le dijo a Tiempo que «esta movilización no es el principio de nada».

Esta posición es una respuesta a las expresiones de los líderes del Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) y el movimiento 21F. Pablo Moyano, de Camioneros, dijo el jueves pasado que su sector exigirá «a la CGT un plan de lucha que tiene que continuar con un paro nacional en abril».

Héctor Amichetti, de la Corriente Federal de Trabajadores, agrupamiento sindical referenciado en el kirchnerismo y que integra el Fresimona, le dijo a Tiempo que ese sector «participa activamente de la marcha del próximo jueves», con lo que desmintieron versiones que indicaban que ese sector se bajaba de la movilización. Al igual que Moyano, Amichetti recalcó que «demandamos una reunión del Comité Central Confederal para darle continuidad a la marcha con un plan de lucha».

Amichetti aseguró que si la CGT no da ese paso, su sector seguirá con las «acciones propias». Recalcó que el sector presentó un escrito en el que reclama la realización de un plan de lucha.

En tanto la CTA-T que dirige Hugo Yasky convocó a la movilización «en confluencia con las demás centrales sindicales». Esta central exige la declaración de la emergencia alimentaria y nutricional, la emergencia tarifaria, la emergencia habitacional y la emergencia ocupacional. No plantea medidas de fuerza para más adelante. Este sector se concentrará en Congreso desde las 11 horas.

Por su parte, la CTA-A que dirige Ricardo Peidró definió la semana que pasó convocar a movilizar «por trabajo, producción, soberanía, justicia, aumento salarial y en defensa del sistema previsional». Para este sector, se deben generar «las condiciones para la construcción de un paro general que ponga freno al ajuste del gobierno nacional».

La izquierda sindical agrupada en el Plenario Sindical Combativo (PSC) se movilizará con una columna independiente que llegará hasta Plaza de Mayo con las consignas «Que la crisis la paguen las patronales, abajo el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores, paro activo de 36 horas». También se movilizarán los movimientos sociales referenciados en este sector político. «