Uno de los sectores más golpeados por los tarifazos en los servicios básicos son las pymes, en general, y las cooperativas, en particular. Muchos emprendimientos autogestivos están contra las cuerdas producto del afán recaudatorio del Gobierno que, a través de brutales aumentos, no repara en el daño que provoca en estas empresas.

El programa Facultad Abierta, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, adelantó a Tiempo algunos resultados de un exhaustivo relevamiento que estará finalizado para abril o mayo, en el cual hace detalla el impacto que provocaron los tarifazos de 2016 en el sector cooperativo. Entre los datos más destacados del informe se encuentra la delicada situación que deben afrontar el hotel Bauen, el tradicional restaurante La Casona ubicado en la calle Corrientes, la metalúrgica Felipe Vallese y la vidriera santafesina Vitrofin, entre otros. Uno de los integrantes de Facultad Abierta, el historiador Pablo Peláez, dio su punto de vista a Tiempo: “Obviamente, el ánimo de los trabajadores no es el mejor. Es un contexto negativo, crítico. Pero también hay ánimo de resistir, de mostrar que las empresas recuperadas son viables y que pueden sostener las fuentes de trabajo. Hay un orgullo y un sentido de pertenencia muy grandes”.

Sin embargo, este ímpetu no es compartido por el Gobierno. “Ocurre que la experiencia de recuperar empresas es negativa para el Gobierno. Tal es así que incluso han puesto trabas a la conformación de cooperativas. Hubo muchos vetos de (María Eugenia) Vidal y de (Mauricio) Macri a expropiaciones, como ocurrió con el Bauen”, aseguró. Y argumentó: “Cuando una empresa no es viable, el Gobierno habla de reconvertirla; es decir, que la agarre un nuevo empresario, precarizar a los trabajadores, pasar por encima los convenios colectivos, despedir y contratar más barato, entre otras cosas. A la lógica macrista le molesta la experiencia cooperativa porque va a contramano de su ideología”.

Más tarifas, menos retiros

Con los aumentos de 2016, el Hotel Bauen pasó de pagar boletas de luz de $ 24 mil a 100 mil. En el gas, pasó de abonar $11 mil a 50 mil. Pero el peor aumento lo sufrió en el agua: pasó de $ 65 mil a 218 mil.

La Casona tiene que lidiar con facturas de electricidad que pasaron de $7 mil a $40 mil.La metalúrgica Felipe Vallese tenía facturas de electricidad de $8 mil, pero ahora tienen que desembolsar $50 mil. Por su parte, en la fábrica de pastas La Litoraleña la luz cuesta ahora $ 54 mil, cuando antes costaba $ 12 mil. A la vidriera Vitrofin no le fue mucho mejor: el costo del gas pasó de $ 44 mil a 293 mil.

En una cooperativa, los sueldos pasan a llamarse retiros, que constituyen en definitiva el dinero que los trabajadores se llevan a su casa. Muchas cooperativas vieron reducidos sus ingresos producto de los tarifazos, la baja del consumo y la retracción general de la economía. Según el relevamiento, el bar Barthó, de Balvanera, tuvo una baja del 50% en los retiros. La misma merma sufrió la metalmecánica Cerraduras de Precisión. Por su parte, los trabajadores de la sodería 15 de Noviembre se llevaron un 25% menos de lo usual. En tanto, en La Casona los retiros bajaron un 44 por ciento. «

Reclaman por el Consejo de la Economía Popular

La Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT), que nuclea a más de 80 mil empresas autogestivas, reclama un lugar en el Consejo de la Economía Popular y el Salario Social (CEPSS), creado por la Ley de Emergencia Social, que comenzará a funcionar este martes. El CEPSS estará integrado por tres representantes de organizaciones inscriptas en el Registro de Organizaciones Sociales de la Economía Popular y Empresas Autogestionadas y tres representantes del Gobierno. Todos serán elegidos “a dedo” por este último. La CNCT reclama que el consejo «debe tener la legítima representación de los trabajadores y trabajadoras cooperativistas del país. Por eso, exigimos una convocatoria más ampliada y abarcativa”.