La pesificación de las carteras de bonos en poder de organismos del Estado permitirá al gobierno tener a mano un fondo de alrededor de un billón de pesos para cumplir con los próximos vencimientos de deuda, en caso de que el Tesoro no logre que el sector privado acceda a refinanciarlos. Ese dinero saldrá de la subasta de los bonos en dólares emitidos bajo la legislación argentina en poder de esos organismos, sin incluir al Banco Central, exceptuado de la disposición.

Si bien en el decreto 164/23 no está definida la manera y los tiempos en que se organizarán esas ventas, la idea predominante en el Palacio de Hacienda no es inundar la plaza con esos títulos, porque eso deprimiría aún más sus ya alicaídas cotizaciones, sino hacerlo de modo paulatino y en tanto sea necesario. Por ahora, el DNU sólo establece que las subastas “serán llevadas a cabo por la entidad que determine el Ministerio de Economía bajo los términos y condiciones que este disponga”.

La norma establece dos tratamientos distintos para esos bonos dolarizados, en tanto se rijan por legislación extranjera o local. Los primeros (los denominados Global) deberán ser canjeados de manera forzosa ante Economía, que a cambio emitirá un bono dual, con capital ajustable por inflación y/o dólar oficial, con vencimiento en 2036. En cambio, los que están bajo ley argentina (Bonares) deberán ser subastados y el 70% de los pesos obtenidos se entregará al Ministerio a cambio del bono antedicho; con el 30% restante cada cartera podrá cubrir sus gastos e inversiones.

Poder de fuego

De una manera u otra, el mecanismo dará al gobierno poder de fuego para intervenir en los mercados bursátiles del dólar, el CCL y el MEP, y así reducir la brecha cambiaria con la cotización oficial. Si bien los bonos Global son los más usados para ese fin, la Comisión Nacional de Valores adecuó su normativa y quitó la restricción que impedía el uso de los Bonares en esa operación. En el Palacio de Hacienda sostienen que el recrudecimiento de la inflación en los últimos meses fue alimentado, entre otras razones, por la suba de esos tipos de cambio alternativos.

“Hay organismos del Estado que cuentan con bonos denominados en dólares sin que ello sea necesario para que cumplan con su objetivo o finalidad. La medida apunta a un manejo prudente pero también eficiente de los activos financieros”, dijo el secretario de Finanzas, Eduardo Setti. Así se refirió a los fondos adquiridos por motivos financieros, como hace el Anses para preservar el valor del Fondo de Garantía de la Sustentabilidad (FGS), como otras carteras que reciben créditos internacionales para financiar obras de infraestructura y programas de desarrollo.

Deuda y mercado

Según la agencia de bolsa PPI (Portfolio Personal Inversiones), la suscripción obligatoria de bonos duales con lo que se obtenga en tales subastas implicará un fuerte aumento del financiamiento para el Tesoro. “Tomando el precio en el mercado secundario de ayer, el CCL y la proporción del 70%, el financiamiento extra alcanzaría los $976.000 millones (o 0,61% del PBI promedio 2023)”.

El informe aclara que la cantidad podrá variar si se habilita a otros jugadores del mercado, lo que elevaría su precio de venta. “Resta presentar medidas para generar nueva demanda privada. Por ejemplo, quitar limitaciones del cepo actual para que organismos regulados (como bancos o compañías de seguro) puedan adquirir estos instrumentos”.

La habilitación de esta fuente de recursos está vinculada a las mayores exigencias del mercado doméstico para prestarle al Estado. Pese a los canjes de títulos que intentaron derribar el “paredón” de vencimientos de corto plazo, el Tesoro todavía debe atravesar un cronograma sumamente exigente: $ 1 billón en abril, $ 900 mil millones en mayo y $ 800 mil millones en junio. Se estima que en el último canje, hace dos semanas, la participación de inversores privados no superó el 25%.

Economistas vinculados con la oposición al gobierno creen que la medida implica dolarizar la deuda en manos de privados, desandando el camino ya recorrido. Más aún, afirman que la operación se hará a tasas de interés ruinosas, porque los títulos a entregar cotizan a apenas 25-30% de su valor nominal.

“La venta de los títulos AL de la Anses (a cambio de alguna promesa de pago del Tesoro, al parecer con seguro de cambio) equivale a emitir deuda en dólares al 25%”, consideró Eduardo Levy Yeyati, hombre de consulta de JxC. “Al vender el bono AL30, el gobierno obtiene hoy unos 25 dólares, pero a costa de tener que pagar un total de 104 dólares de acá a su vencimiento en siete años”, profundizó Diego Bossio, exdirector ejecutivo de la Anses y ahora enrolado en el peronismo opositor. «

Polémica por el efecto en el patrimonio de Anses

En medio de visiones encontradas sobre el perjuicio que podría sufrir el patrimonio de la Anses con la liquidación forzosa de sus títulos en dólares, el ministro Sergio Massa anunció que pidió la opinión de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. “Si el dictamen diera que no es beneficioso, Anses no intervendrá en el canje», sostuvo ayer el ministro.
De todas maneras, Massa dijo que «tenemos la certeza de que es absolutamente beneficioso” y explicó que “la Anses gana un poco más de US$ 2 millones con esta operación porque lo que hace es mantener la dolarización de cartera y, por otro lado, le da la posibilidad en el bono al momento de venderlo de elegir entre liquidarlo por inflación o en dólares”.
Al segundo trimestre de 2022 (último dato disponible), el patrimonio del FGS era de U$S 48.770 millones. En la Anses afirman que la operación dispuesta por Economía les conviene porque el bono dual a 13 años tendrá garantía contra inflación y devaluación, lo que preservará su valor. Además lo recibirá a valor técnico (60% del nominal) y con una tasa de interés del 8% anual, muy superior a los bonos que entregará.