No es un buen año para las familias que tienen cobertura médica privada. Entre febrero de 2016 y el mismo mes de este año, el aumento de las prepagas de salud fue del 52 por ciento. Según el último informe sobre precios al consumidor que elabora la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires (el IPC-CABA), la inflación interanual a febrero fue del 35,6 por ciento. Así, el saldo a favor de las prepagas fue de 16,4 puntos porcentuales.

Desde la sanción de la Ley de Prepagas, en mayo de 2011, es el gobierno el que define el aumento de las cuotas. Aunque las empresas del sector alertaban que con esa norma se ponía en peligro al sistema de salud privado, lejos de la tragedia, las prepagas mantuvieron una facturación que no perdió ante la inflación y a la que le gana por goleada desde 2016.

A partir de la llegada de Cambiemos, los aumentos de las prepagas fueron tan grandes que le ganaron incluso a la inflación más alta de los últimos 25 años. El Estado otorgó a las empresas subas por el 43,5%, contra una inflación del IPC-CABA del 41% el año pasado. Las paritarias de ese año, en cambio, cerraron en un 33% promedio.

En el período 2012-2015, las subas de las cuotas estuvieron en línea con la inflación porteña y con los promedios paritarios, con la excepción de 2013, cuando el aumento le ganó al salario por 3,6 puntos porcentuales. En 2014, las cuotas perdieron 9,5 puntos porcentuales contra la inflación.
Las prepagas tienen un as bajo la manga: están siempre un paso adelante de la inflación y cuando esta se acercaia, vuelven a aumentar. Si se tiene en cuenta el acumulado desde 2012 hasta febrero último, los aumentos de las prepagas superaron a los de la inflación en 6,5 puntos porcentuales. En tanto, les ganan a las paritarias por 6,1 puntos porcentuales.

Los porcentajes de aumento se tornan mucho más impresionantes cuando se los traduce a pesos. Un matrimonio (mayores de 35 años) con dos hijos menores, con un plan OSDE 210 (el más económico) pagaba $ 2686 a fines de 2013. En diciembre de 2014 ya abonaba $ 3453; para fines de 2015, el monto se fue a $ 4440, y para el cierre de 2016, a $ 6367. Con el primer aumento de 2017, cuesta hoy 6749 pesos.

El titular del Sindicato de Farmacéuticos, Marcelo Peretta, explicó a Tiempo que, debido a las fuertes subas, las prepagas perdieron un 20% de afiliados. «Son muy caras en proporción a la prestación que dan. Según un estudio que hicimos, el 20% de los afiliados migró a las obras sociales sindicales o se bajó a un plan más barato», aseguró.

En contrapartida, el director general de Swiss Medical, Miguel Blanco, negó esta situación. «Siempre que hay un aumento en las cuotas, hay un porcentaje de personas que se baja de plan. Pero no vemos una migración a otras obras sociales. Tenemos un crecimiento en los últimos años del 3% anual, que es muy bajo, pero no tenemos caídas», aseguró a Tiempo. En tanto, reconoció que el año pasado sí hubo una crisis producto de los masivos despidos. «Entre noviembre 2015 y julio 2016, tuvimos una baja de 120 mil personas del sector privado. A partir de agosto, empezamos a notar una reversión de la situación».

Según Peretta, las subas de precios de los medicamentos impactaron en las cuentas de las prepagas, pero «también han recibido subsidios. Además, estas empresas suelen pagar sueldos bajos para el sector y de esa manera amortizan».

Blanco respondió: «No tenemos asistencia estatal que amortice las subas de los medicamentos, como sí tienen las obras sociales, que pueden pedir reintegros por el tratamiento de enfermedades de alto costo y baja incidencia». Además, agregó Blanco, «las prestaciones por discapacidad subieron un 45 por ciento. Eso pegó mucho en la rentabilidad, que arrastra un gran deterioro. Tenemos una rentabilidad histórica cercana al 5% y hoy estamos en un 2,5 por ciento. Esto empezó a partir de la Ley de Prepagas», se quejó.

Peretta observó que, si bien «la gente se siente más protegida por las prepagas, también nota que el servicio no es tan distinto al que brinda una obra social. Es el momento de las obras sociales frente al aumento indiscriminado». Para Blanco, los aumentos estuvieron en línea «con la estructura de costos» y aseguró que «el uso de los servicios de las cartillas ha aumentado más que el crecimiento vegetativo de la población». «