En los últimos días los denominados dólares financieros y el blue vienen atravesando una estampida que llevó hasta los $230 al Contado con Liqui y a $221 al dólar ilegal. Se trata de una suba del orden del 10% para el dólar blue en apenas un mes cuando la cotización oficial mostró una devaluación por debajo del 2% pasando de los $108 a poco más de $110.

De este modo, durante el mes de enero, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el Contado con Liqui alcanzó un 110%, un máximo desde el mes de noviembre de 2020.

Esta semana, sin embargo, la inestabilidad cambiaria en los mercados paralelos tomó un nuevo impulso ante la incertidumbre que se ha generado en el último tramo de la negociación con el FMI. Es que el Gobierno, ante la falta de un acuerdo global en la negociación por reestructurar la deuda de U$S 44 mil millones y con las reservas del BCRA al límite, no ha confirmado aún el pago del vencimiento de capital que tiene pautado para este miércoles de unos U$S 730 millones de dólares ni de los intereses por poco más de U$S 300 millones adicionales. El riesgo país, además, se ubica en el orden de los 1900 puntos.

La escasez de divisas en el BCRA siempre es motivo para que ahorristas e inversores se refugien en la divisa norteamericana presionando los mercados paralelos ante la posibilidad de una escalada de su cotización oficial. Es precisamente para reforzar las reservas de la entidad monetaria que el gobierno explora la posibilidad de incrementar el acuerdo de swaps con el gobierno chino.

Es que si bien a la luz del récord de exportaciones registrado en 2021 que dejó un saldo de la balanza comercial de más de U$S 14 mil millones, la cotización actual de la divisa norteamericana resulta competitiva, también es cierto que, durante el año pasado se produjo un atraso relativo de su cotización que quedó muy detrás de la inflación. En rigor, la inflación interanual se ubica en el orden del 50% mientras que el valor de la moneda norteamericana se apreció apenas un 20% generando una fuerte expectativa de devaluación.

En diálogo con Tiempo Sergio Chouza, economista de la UNDAV señaló que “esta semana hubo especulación ruido e incertidumbre producto de la negociación del FMI. Viendo el problema con una lupa un poco más amplia se ve que la evolución de todos los segmentos del dólar (el blue, el CCL y el MEP), se movieron en línea o por debajo de la inflación. Esto obviamente, en un contexto donde el 2020 habían escalado por encima y había habido un overshooting (una sobre reacción). Sobre esa reacción es normal que haya habido un recorte en términos reales. Pero a corto plazo va a primar el efecto incertidumbre y volatilidad asociado a lo que pase en el frente financiero y las novedades en la negociación con el FMI”.

Por su lado el economista Orlando Ferreres señaló a Tiempo que “no hay muchos motivos que expliquen esta suba más que la inflación que se viene registrando y eso arrastra todo hacia arriba. Todos los dólares se están yendo a cualquier lado porque además no hay control. El Banco Central emite bastante dinero y eso genera mayor crecimiento del dólar”. Al mismo tiempo, el director de la Consultora OF & asociados, coincidió en que “influye la incertidumbre acerca del pago con el FMI. Es un pago chico y creo que no convendría no pagar pero no sabemos qué va a hacer el gobierno. Es un adicional a las complicaciones que se arrastran y se verifican en el mercado paralelo del dólar”.

Para Orlando Ferreres, sin embargo, la actual cotización “es razonable y la reacción de los mercados es medio exagerada pero el gobierno no controla nada y lo deja ir porque no tiene otra alternativa”.

Nicolás Pertierra, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), señaló que “la fuente de presión sobre los dólares paralelos son básicamente los excedentes en el sector privado, las ganancias de las empresas y los ahorros de los profesionales. El ahorro sigue teniendo como principal destino el dólar sobre todo mientras persista el contexto inflacionario y una actividad que claramente no va a seguir rebotando tanto y genera mucha incertidumbre para la re inversión. En diciembre ya se pagaron los aguinaldos y los pagos en pesos, es lógico que en enero reaparezca la presión en el dólar. Además, el Banco Central ya no interviene como lo hacía antes de las elecciones”, concluyó.