El modelo económico implementado por Mauricio Macri financia el déficit de divisas de la economía nacional con el incremento de los pasivos externos. En números redondos, desde el comienzo de la gestión de la Alianza Cambiemos la deuda externa pública (nominada en divisas y en manos de acreedores privados) se ha incrementado en forma neta aproximadamente en U$D 41.400 millones. Tres cuartos de ese aumento corresponden al Estado nacional y un cuarto a los Estados provinciales. De esa manera, cada argentino pasó de deber U$D 1.700 a U$D 2.600 a un año y medio de iniciado el modelo de M.

La nueva deuda externa pública fue utilizada para pagar a los fondos buitres y demás holdouts (USD 15.000 millones), cubrir intereses en divisas con acreedores privados (USD 10.000 millones) y el resto para incrementar las reservas del BCRA. 

Mientras, el sector privado logró cubrir su déficit comercial de bienes y servicios (USD 1.500 millones), remisión de utilidades (USD 3.900 millones) y fuga de capitales (USD 20.000 millones) con inversiones extranjeras (USD 3.500 millones), créditos e ingresos de capitales especulativos (U$D 14.500 millones) y el ingreso de divisas por el blanqueo (USD 10.000 millones), dejando un saldo para la acumulación de reservas.

Por ello, el financiamiento del déficit externo mediante el incremento de la deuda externa pública y privada, abre el interrogante sobre la sustentabilidad del modelo en el mediano plazo. La misma no depende de la evolución de las cuentas públicas, tal como señalan analistas ortodoxos obsesionados con el déficit fiscal, ya que aún logrando el equilibrio presupuestario del Estado, el pago de la deuda externa corresponde a un problema de otra categoría: ¿de dónde saldrán los dólares para hacer frente a los pagos que compromete el actual incremento de la deuda externa pública y pasivos externos privados?

La falta de respuesta real a ese interrogante parece indicar que el endeudamiento insustentable es un objetivo de la actual política económica. 

Una economía altamente endeudada y en constante necesidad de refinanciamiento es, tal vez, la garantía de que la tutela externa de los acreedores condicione a un futuro gobierno a mantener el modelo económico de M, aún en contra de su filosofía política. Baste como ejemplo, Alfonsín condicionado por la deuda de los militares o Alexis Tsipras implementando el ajuste en Grecia.