La brecha entre la cotización del dólar oficial y la que surge de las operatorias informales ya es de hasta 28%, según los valores que se manejaron en el mercado local este lunes. La nueva disparada de las modalidades blue, dólar bolsa y contado con liqui reflejan el interés de inversores, especuladores y empresas en saltar el cerco de las regulaciones impuestas por el Banco Central y hacerse de divisas, a menos de una semana de las elecciones presidenciales.

En el Mercado Unico y Libre de Cambios (MULC), el dólar finalizó a $ 58,51 por unidad, mientras que la venta al público en los bancos terminó a un promedio de $ 60,99. Claro que la operatoria en el primer caso está restringida a las compañías que tienen importaciones en curso o que deben liquidar sus exportaciones, y en el segundo a un máximo de U$S 10 mil mensuales por persona física. Esas son las principales limitaciones del cepo cambiario dispuesto por el BCRA, que tiene como finalidad reducir la devaluación, la fuga de divisas y la caída de reservas.

Quienes desean saltar ese cerco tienen que pagar sumas mucho más elevadas. Ese es el caso de la operatoria con bonos duales, que pueden ser adquiridos en pesos y vendidos en dólares. Las divisas quedan en cuentas de los compradores, ya sea en el extranjero (modalidad conocida como CCL o contado con liquidación) o en el ámbito local (MEP o dólar bolsa). En este caso, el precio de la divisa surge de las sucesivas operaciones de compra y venta, a las que se deben asociar las comisiones correspondientes. Este lunes, el “conta con liqui” llegó a $ 75,17, con una brecha con relación al dólar mayorista de 28,5%. En tanto,  el MEP  terminó en $ 72,17, lo que supone una diferencia de 23,3%.

También aumentó el dólar blue, que se opera en casas de cambio y cuevas del microcentro: llegó a $ 67,50, un peso más que en el cierre de la semana pasada. La diferencia de casi siete pesos con el precio en los bancos hizo resurgir la modalidad conocida como “puré”: comprar en los canales oficiales (siempre sin superar el tope de U$S 10 mil por mes) y vender a un precio bastante superior en los informales.

El fenómeno no es nuevo y resurge cada vez que se impone un control de cambios. El caso más reciente se produjo durante el gobierno kirchnerista, que finalizó su gestión con una diferencia entre el dólar oficial y el paralelo de alrededor de 55%. Una de las primeras medidas del presidente Mauricio Macri al llegar al poder fue desarmar ese cepo, pero antes de terminar su mandato tuvo que volver a implementarlo. Nadie asegura que en los próximos días, con la inminencia de las elecciones y las posibilidades de un cambio de gobierno, la brecha no vuelva a dispararse.