Organizaciones campesinas, chacareras, de la agricultura familiar, la pesca artesanal, ambientalistas, de pueblos originarios, de espacios de investigación y académicos, además de sectores eclesiásticos y productivos e instituciones del sector agrario realizarán el primer “Congreso Nacional por la Tierra, la Producción y Nuestra Casa Común”, entre el 10 y el 12 de marzo en Buenos Aires.

El objetivo es proponer un nuevo modelo para la actividad rural y en las regiones periurbanas, que son las áreas agrícolas que rodean a las ciudades. En el caso del Área Metropolitana de Buenos Aires, existe un amplio cordón de huertas y pequeñas producciones agrarias de frutas y verduras en el recorrido de la ruta 6, que va de Campana a La Plata.

Los organizadores del Congreso aspiran a que el encuentro sirva para “encontrar una alternativa de unidad, basada en los conceptos de soberanía alimentaria, para hacer frente al sistema de concentración de la tierra, empobrecimiento de las mayorías populares y daño ambiental irreversible en los territorios que plantean los sectores del poder económico concentrado”, según reza un comunicado.

Ya está confirmada la presencia de más de mil delegados y delegadas de todo el país, agregó el texto. En ese sentido, “la expectativa es que se constituya en un nuevo hito para disputar un modelo de país de cara a los tiempos que vienen”, informó.

Concentración

De acuerdo con los organizadores, en la actualidad, sólo el 1% de los propietarios rurales posee más del 40% de la tierra argentina. A su vez, 4500 pools de siembra concentran más del 75% de la producción y cinco empresas extranjeras aglutinan casi la totalidad de las exportaciones provenientes del sector rural. Se trata de una “estructura agraria (que) tiene consecuencias en materia económica, política, social, alimenticia, climática y de carácter ambiental, a partir de los desmontes indiscriminados y el uso descontrolado de agrotóxicos”.

Lorena Reyes, del Frente Agrario Evita La Plata, le dijo a Tiempo que “en relación al problema de la tierra, tenemos una enorme concentración lo que lleva a un empobrecimiento de la mayoría de los agricultores familiares”. Reyes, cuya actividad productiva se encuentra en la zona de la capital bonaerense, aseguró que, en ese sentido, con el Congreso “buscamos generar un hito que brinde una alternativa basada en la unidad. Queremos que los pequeños productores puedan acceder a la tierra. El productor agrario familiar está sometido a alquileres carísimos, no puede vivir dignamente porque no es propietario, vive en condiciones de precariedad, no puede hacer una construcción ya que está alquilando. El alquiler puede durar dos años, o cinco, depende del humor de los dueños, muchos de los cuales están representados por grandes inmobiliarias. Y si deciden desalojarlos, los pequeños productores pierden todo, las estructuras, los invernaderos. Estamos condenados a la marginalidad por la concentración de las tierras. Es una cuestión que el Congreso va a abordar, reclamando políticas para el pequeño productor que no es dueño de su tierra”.

Buscando respuestas

Para Cecilia Rodríguez, del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), «el Congreso va a servir para que nos encontremos entre todos y podamos entender la situación en la que estamos, no solo por el día a día sino también a nivel país. Hemos logrado organizarnos y tener un objetivo, ahora queremos llegar a las soluciones que necesitamos y esas respuestas las buscaremos en unidad».

Rodríguez observó que «todos los productores y productoras que llevan adelante el ecologismo popular buscan el cuidado del ambiente, de la tierra, de los ríos y sus especies, respetan los ciclos de la naturaleza. Pero enfrente están los grandes productores, que no son parte de este proceso, y realizan prácticas poco sustentables y afectan a todos con sus consecuencias sobre el clima y el medioambiente. A nuestros compañeros y compañeras los afectan en particular por la destrucción de sus cosechas por eventos climáticos o por falta de agua o su exceso». «