Ser periodista siempre fue riesgoso, y hoy más que nunca, no solo debido a la pandemia de covid19, sino también a las malas condiciones laborales y salariales a la que son sometidos lxs miles de trabajadores de prensa en todo el país.  

Sin embargo, una luz de esperanza surgió en medio de este nubarrón que nos atraviesa. En medio del encierro y aislamiento se rompió el silencio impuesto por los grandes medios a nuestras problemáticas: “No se hace periodismo de periodistas”, nos dicen los patrones, y como respuesta, resurgió la unidad sindical, la organización para la lucha, que alzáramos la voz, que hiciéramos asambleas, que saliéramos a la calle, y que fuéramos a un paro nacional histórico para mejorar nuestros salarios.

En el sur rebelde, ese que dio cuenta Osvaldo Bayer, el reclamo por la Zona Patagónica quebró la negativa empresarial. Después de 15 años de insistentes reclamos, movilizaciones y medidas de fuerza, FATPREN, los sindicatos de base patagónicos y lxs periodistas del Comahue (esa región que habitamos quienes vivimos en Neuquén y Río Negro) lograron arrancarle a los diarios la incorporación de ese derecho que todos los trabajadores patagónicos cobran, menos quienes hacen prensa gráfica escrita.

La negociación comenzó, pero todavía falta mucho. El pedido de 40% de Zona está más vigente que nunca. No es un capricho. Es un ítem salarial que permite a lxs patagónicxs cubrir la diferencia entre sus salarios básicos y el alto costo de vida que hay en esta región. Como ejemplo, en la ciudad de Neuquén la Canasta Básica Familiar (esa que marca la línea entre ser pobre o no) supera hoy los 75.000 pesos mensuales. Y la cosa se agrava cuanto más al sur de la Patagonia se viaje. Esto deja a lxs periodistas patagónicxs en la pobreza, y en muchos casos en la indigencia. Por eso es que hoy continúan luchando por un salario digno, porque la dignidad no se renuncia.

Parafraseando al gran Rodolfo Walsh, el miedo se basa en la incomunicación, y volvimos a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad al derrotar nuestro miedo a gritar en la calle y luchar. A pelear contra ese miedo que nos imponen al decir que no hacen falta los periodistas para hacer periodismo.

Walsh también decía: “el periodismo es libre, o es una farsa”, y para poder ser libre debemos luchar por ese derecho, en cada minuto, en cada palabra. Porque el periodismo es eso, un compromiso con la libertad y la verdad.Walsh también decía: “el periodismo es libre, o es una farsa”, y para poder ser libre debemos luchar por ese derecho, en cada minuto, en cada palabra. Porque el periodismo es eso, un compromiso con la libertad y la verdad.