El primer paso de un creador o creadora siempre es importante, porque muestra el presente, pero también puede funcionar como una puerta a lo que vendrá. Hace tres décadas una chica de Reikiavik, Islandia, empezaba su camino solista y se transformaría en una de esas sorpresas que la industria nunca puede prever.

Debut es la ópera prima de una sensibilidad, versatilidad y audacia atronadoras. La antesala de un universo musical sin etiquetas. Aquella chica de ojos rasgados influiría en artistas  como Thom Yorke, James Blake, Madonna, Katy Perry, Frank Ocean, M.I.A, Lady Gaga, St. Vincent, Sia, Billie Eilish, Rosalía y el mismísimo Luis Alberto Spinetta, quienes la reconocieron como una de las artistas más originales de las últimas décadas.

Foto: AFP

Björk Guðmundsdóttir publicó su primer álbum en julio de 1993. Y, en perspectiva 30 años, se entiende la huella imperecedera que dejó en la cultura popular global y por qué es de esos discos que hay que escuchar.

Eran (y son) canciones innovadoras, doce tracks, que funcionan como son un viaje musical en constante evolución. Entrecruzan pop, electrónica, dance, jazz y trip-hop, entre otros estilos, como un lienzo para que la conmovedora voz de Björk se proyectó con mayor profundidad. Es un álbum casi perfecto que sin publicidad terminó vendiendo dos millones de copias. Björk había abandonado su antigua banda, The Sugarcubes, grupo islandés que se asomaba como una rareza entre los melómanos, para embarcarse en un viaje musical en solitario, porque así lo sintió , para liberar aún más su creatividad.

Logró crear una experiencia sonora única con su habilidad para combinar elementos musicales diversos con su versatilidad vocal. Esa capacidad de romper barreras musicales y desafiar las convenciones establecidas la llevaron al lugar que hoy ocupa. Björk es sinónimo de buena música, alguien que nunca se plantea el camino fácil.

Esta chica hija de una ecologista y un electricista, nacida en el barrio de Oslin, en la capital de su país, logró armar temas notables con una sensibilidad poética extraordinaria como “Venus as a Boy”, “Big Time Sensuality”,  la emotiva “Play Dead” y la bailable “Human Behaviour”, por solo nombrar algunas.

30 años después “Debut” sigue sonando pleno de actualidad y Björk transitando su camino de plena libertad.