«La obra llega a mí, hace más de un año. Estábamos filmando una película y nos conocimos con Carolina Barbosa. Dijo que iba a escribir una obra pensando en mí, que le parecía tenía que volver a hacer teatro, que había hecho muy poco. Casi fue una orden. Y además le parecía que tenía un humor que tenía que aprovechar. Unos meses después me llamó y me dijo: ‘Acá está la obra'». El que habla con la sencillez que lo caracteriza es Antonio Birabent, protagonista de Ni te cuento cuánto, de Carolina Barbosa.

La obra indaga sobre «los diferentes estados de una pareja cuando sus hijos no están, lo que se cuestionan y lo que buscan», dice la gacetilla. Sin embargo no se trata de lo que en el siglo pasado la psicología metaforizó como el nido vacío. «La obra tiene una visión muy actual de lo que significa estar en pareja –retoma Birabent–. De la dificultad, de las cosas que produce esa sociedad entre dos personas. En ese sentido es un relato muy del ahora. El otro día cenaba con unos amigos, que somos todos padres y hemos sido o somos todos hijos, y llegamos a la conclusión obvia, pero no por eso menos certera, de que ser padre es un ejercicio del error. Y con eso hay que convivir. Acertás un tiro libre de 30 metros y fallás una pelota debajo del arco. Y eso nos ha pasado como hijos y nos pasa ahora como padres. Creo que tomándolo así es un poco más liberador».

Pero para un tiempo que castiga ferozmente el error no es nada sencillo. Y sin duda es una situación bastante diferente a la que Birabent conoció en sus años de crianza, teniendo como padre a Moris: una generación que creía que nada superaba el valor de la libertad, al límite de creer que sólo con ella bastaba para dar una buena guía a un vástago. La historia cambió, la libertad fue cuestionada y prima el discurso de la seguridad, que muchos la ven y encuentran en ideas religiosas, incluso de algunas que ponen en riesgo a los suyos induciéndolos a negar la vacunación. «Para mí la libertad existe y la seguridad no. No creo en la seguridad. Me parece que esa idea que tenemos en estos últimos tiempos tan extendida es porque nos da miedo no estar seguros. Pero no vinimos acá a estar seguros. Pero sí creo que vinimos a estar libres. O al menos a intentarlo. El empeño puesto en lograr la libertad es más útil y más alegre que el empeño en lograr la seguridad. En todo sentido: económica, personal, profesional. Como dice el tema de Pappo: ‘¿Adónde está la libertad?’. Es una gran pregunta para el hoy, que de alguna forma la obra se hace, en el monólogo final donde le hablo de esto a mi pareja: de la dificultad de ser y de vivir, y sentirse libre en esa vida».

Vaya entonces que se corren riesgos si lo que se privilegia es la libertad en ese «entregarse a una tarea que es muy difícil y es única», como asegura el actor. «En toda mi vida he hecho muchas cosas muy diversas y la tarea de ser padre no tiene parangón. No digo que sea mejor o peor. En cambio todo lo que hice o probé, incluso lo que pensé, admite lugares comunes, o similares. Ser padre es una experiencia totalmente independiente de mis otras actividades». Y la obra habla de que «el tiempo invertido en ese niño es un tiempo que no termina nunca: siempre hay un día siguiente para ser padre».

En su apuesta por la libertad, Birabent reconoce su privilegio al poder optar y encima entre cosas que le gustan. Pero como se solía decir, el que busca encuentra, y en ese sentido, si bien la obra «lo encontró», él también encontró la obra. O más bien el teatro: «Es mucho más poderoso que la música para atraer al espectador en medio de esta situación. Es una analogía de la vida, de todo esto que estamos hablando. De la necesidad de estar despierto, en el aquí y ahora, de la necesidad –como intérprete y espectador– de dejarse llevar, de ser maleable. Eso es una analogía de la existencia. Por eso creo que es un refugio. Más en momentos difíciles, o donde la sociedad es muy opresiva». «

NI TE CUENTO CUÁNTO

Guión y dirección: Carolina Barbosa. Elenco: Antonio Birabent y Victoria Raposo. Jueves a las 21 en El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960.