Las aventuras de un vaquero de juguete junto a su mejor amigo comandante espacial o la relación entre un ogro, un burro y un gato con botas no suenan como historias interesantes para un público no infantil. Sin embargo, las entregas de Toy Story y Sherk han cautivado durante años la atención de los adultos. Incluso la de aquellos que no van al cine en el rol de acompañantes.

Encabezada por estas sagas, la lista de películas que apelan a tramas y lenguajes atractivos para todas las edades no para de crecer en las últimas tres décadas y casi podría hablarse de un sub-género en sí mismo. Algunas de las más aclamadas, que también se convirtieron en blockbusters históricos, son Monsters INC., Buscando a Nemo, Los Increíbles, La Era del Hielo y Wall-e. En la misma línea, la secuela de la historia de Ralph y su aliada Vanellope apunta a alcanzar buenos números de taquilla.

Si bien varios estudios producen films de estas características, es innegable la influencia de Pixar en este proceso. Hace tiempo que esta firma repite la receta de mezclar una alta calidad técnica con guiones nostálgicos y humor en clave de adultos, en ocasiones con excesos de doble sentido. Además, todas las producciones agregan como condimentos antihéroes y secuencias de acción.

Por otro lado, un factor que apuntala la vigencia de este fenómeno son las franquicias que acompañan el crecimiento de sus audiencias con hasta cinco películas. En ese caso, es más simple mantener generaciones de espectadores cautivos.  «