Trabajo, éxito, pausa y reflexión: desde el momento en que se le da play a “Nadie sabe”, el tema que abre Nadie sabe lo que va a pasar mañana, Benito Antonio Martínez Ocasio, más conocido como Bad Bunny, hace una declaración de principios un tanto crítica, que podríamos resumir muy bien en una de sus propias líneas: “A mí no me exijan, Bad Bunny no es alcalde”. El quinto álbum de estudio del artista puertorriqueño volvió a romper todos los récords en las plataformas desde su lanzamiento. Con su regreso a las bases del trap y el hip hop, se ganó el respeto de sus colegas y más tarde, el reconocimiento mundial. Podremos ponderar que este nuevo trabajo no responde a las fórmulas comerciales, ni al reggaetón, como algo positivo; pero también que es una obra que, en una primera escucha, no es tan fácil. En otros términos: si aquello a lo que Benito nos acostumbró en los últimos años se parece más a una película con Adam Sandler, en Nadie sabe lo que va a pasar mañana estamos viendo cine noir.

El disco sigue con “Mónaco”, que incluye un excelente sampler de los arreglos de “Hier encore” de Charles Aznavour; un grande de la música francesa en un tema de un célebre centroamericano… Es cine. Junto a Young Miko, y con coros de Tego Calderón, (algo que sólo Bad Bunny puede lograr) escribieron “Fina”, canción que tiene la particularidad de ser la única colaboración con una mujer en el disco. El fraseo de Young, la inconfundible voz de Tego, que se toma prestado a sí mismo una frase de su gran hit “Pa’ que retocen”, y el lenguaje soez como parte de la Santa Trinidad de este tema. 

“Hibiki” continúa con la faena, que rumbea entre el electro pop y el estilo de Benito y su coterráneo Mora. “Mr. October” es la síntesis perfecta de lo que pasó acá en Argentina desde 2017, copando el semillero de artistas criollos, podría ser una canción perfectamente escrita por Duki o Dillom, pero no, la escribió quien sería su padre, musicalmente hablando. Trap puro, hecho y derecho. “Cybertruck” continúa esa línea con resultados parecidos, dentro de la fórmula que ya el artista sabe ganadora.

“VOU 787” flota en el clima etéreo del sample de la canción “Vogue” de Madonna (una grata sorpresa) y otro punto que le anotamos al cantante boricua. “Seda”, junto a Bryant Myers, y luego “Gracias por nada”, siguen ese rumbo de jugar con lo más políticamente incorrecto del lenguaje y fusas entrelazadas que hacen llevar el ritmo del hi-hat.

Ya con “Teléfono nuevo”, Bad Bunny da un paso más allá del trap y sube la vara junto a Luar La L, pero no se ahorra en suspicacias. Hasta aquí, se trata de la canción más audaz y mejor lograda del álbum. Hay también otros giros súper pop y melódicos, un poco más aptos para todo público, como “Baby Nueva”. “Los Pits” es uno de los puntos altos de y divertidos del disco, emulando un falso vivo en una discoteca y con una frase dedicada a Shakira: “Ahora los hombres lloran, sí. Pero sin parar de facturar”. A esta altura ya se cuentan 14 canciones de Nadie sabe lo que va a pasar mañana cuando y de repente aparece “Vuelve Candy B” para pegarle a la industria de la que es parte.

Y hay otras que asombran, como “Baticano”, con un estilo en clave Despeche Mode o Kraftwerk, pero que también llaman la atención en otro sentido: esto es, demostrar que el reggaetón siempre puede ser un poco más misógino, como si en Puerto Rico (o en la escuela de Bad Bunny, el menos) no hubiera existido la ESI. Sigue “No me quiero casar”, que divierte, pero es probable que “Thunder y Lightning”, junto a Eladio Carrión y “Perro Negro”, con Feid, sean las favoritas de muchos. Con un condimento especial para los reggaetoneros y los internautas, en la primera el conejo malo arremetió contra Balvin: “Ustede’ me han visto, siempre ando con los mismo, mientras ustedes son amigos de to’ el mundo como Balvin”.

Ya finalizando el disco se escucha “Acho PR”, que junta leyendas como Arcangel, Ñengo Flow y De la Ghetto y recolecta millones de referencia a Puerto Rico. “Un preview” es el spoiler de lo que vendrá luego; si este álbum pecó de autorreferencial en un intento por ser auténtico y sincero, el próximo mostrará la dualidad de Benito cuando sea más parecido a “Un verano sin ti”, un disco para perrear hasta el piso, que nos regaló parte de los grandes éxitos del reggaetón de los próximos 10 años, como “Tití me preguntó”, “Me porto bonito”, “Moscow Mule” y “Ojitos lindos”, entre tantos otros.

Nadie sabe lo que va a pasar mañana es el quinto trabajo que Bad Bunny grabó en estudios. Son 22 canciones, pero el disco dura apenas algo más de más de 80 minutos. No es un álbum tan accesible, pero mejora tema a tema. El boricua continúa en la cima del mainstream y ocupa desde 2020 el puesto número uno como artista más reproducido en Spotify. Haga trap, reggaetón o lo que se le ocurra, nunca pasa indistinto para propios ni ajenos.