No todos los discos permanecen en la memoria y el reconocimiento del público. En el apartado reservado para pocas obras, en 2023 se celebran los 25 años de uno de los álbumes que envejecieron con salud en el ámbito local. Tangos bajos, el disco que inauguró el ingreso de Daniel Melingo al mundo del tango goza de esos atributos, y semejante aniversario bien vale la pena las actuales circunstancias que lo rodean.

En ese contexto, el ex Abuelos de la Nada, ex Los Twist y músico vital de Charly García en los años ochenta (recordemos que Melingo fue músico estable durante los días de la presentación de Clics modernos, en 1983), comenzó con una serie de shows en los que se repasan las dieciséis canciones del álbum. Pero más allá de esos conciertos, Melingo se encuentra a pleno realizando Encuentro maximalista, una serie de eventos en los que reúne a amigos, músicos, performers y representantes del arte para festejar con música e historias arriba del escenario. En ese plano, el nuevo encuentro bajo estas características se celebrará el 23 de agosto próximo (en Niceto Club, Niceto Vega 5510) y contará con la presencia de Cachorro López, Maxi Prietto, Katja Alemann, Fernando Noy, Hugo Lobo, Miguel Zavaleta, Baltasar Comotto y Carca, entre muchos otros que por estas horas se están sumando.

“Este ciclo se originó por las ganas de encontrarse entre músicos, verse las caras nuevamente y por el amor a la música, claro. Somos todos artistas que amamos lo que hacemos y por eso apreciamos encontrarnos. Será un encuentro con mucha gente querida a quienes muchos conocen, pero el arco abarca desde Fernando Noy, hasta Carca, pasando por Andrés Calamaro, entre muchos otros. Así que eso le dará al público la idea de la amplitud del encuentro”, dice Melingo sobre el Encuentro maximalista venidero.

Melingo maximalista.
Foto: KVK Fotos

Por otro lado, semejante constelación de músicos y artistas amerita ponerse de acuerdo con lo que sucederá en el escenario, algo a lo que Melingo no le tiene miedo: “La ocasión de estos encuentros es especial, entonces vamos a armar la lista de canciones de esa forma que incluirán composiciones mías de todos los tiempos. La música merece respeto, entonces el repertorio estará a la altura, como por otra parte es debido. Todos los que estaremos en el escenario, desde el más veterano hasta el más reciente, sabemos que los artistas alegran la velada pero que todo se completa con el público.  Emisor y receptor siempre se complementan y esta no será la excepción”.

Pero no solamente se trata de conciertos y festejos que celebran la obra de Melingo, porque la reposición física de Tangos bajos también es una realidad. Después de un limbo de muchos años donde el disco estuvo descatalogado, el material se reeditó en una cuidada edición en vinilo de 140 gramos de la mano del sello estadounidense Calar Music.

Tangos bajos, fiel a su nombre, trajo a finales de los ’90 una serie de historias en clave de tango donde cada canción planteaba un submundo de vicios, costumbres y un argot tan milonguero como turbio. Más allá del tiempo transcurrido desde su edición original, composiciones como “Narigón” (donde la voz rasposa de Melingo sugiere con énfasis docente que a los consumos tóxicos siempre hay que abordarlos con precaución), “José, el cuchillero” (un track que bien podría linkear con cualquier hecho siniestro de la vida social en la Buenos Aires actual), “Muleta de borracho” o “Ayer”, se transformaron en no hits, todas canciones  que Melingo siempre se vio obligado y de buena gana a tocar en sus conciertos, situación que se traslada hasta el día de hoy.

Melingo como cantante y frontman.
Foto: KVK Fotos

“Las primeras fechas de estos conciertos de celebración me despertaron alegría en un momento donde las cosas no están para tirar manteca al techo. Descubrí que, con el paso del tiempo, un disco como este generó fanáticos fieles”, explica Melingo.

Originalmente, los conciertos homenajes fueron acotados y más tarde se duplicaron, situación que Melingo enseguida recuerda desde sus orígenes: “Yo no soy de las personas que se acuerdan de estas cosas celebrativas, no soy de los que miran atrás. El año pasado estrené una ópera que se llamó El Linyera y ese fue el momento donde me decidí a realizar una especie de introspectiva y más tarde eso generó Encuentro maximalista. Lo concreto es que por ese tiempo un amigo uruguayo me sugirió la posibilidad de volver tocar por el aniversario el material de Tangos bajos y celebrarlo con algunas fechas, así que me puse a trabajar en formato de trío para volver a interpretar esos hermosos tangos. Con esa idea propusimos en Café Berlín hacer estos conciertos y ellos pensaron que era algo fantástico, así que encaramos la aventura de tocar nuevamente Tangos bajos después de tanto tiempo”.

El álbum marcó un antes y un después en la carrera de Daniel Melingo porque él venía del rock, de manera que hacer un disco de tango significó un verdadero quiebre en su carrera. “Para mí hacer Tangos bajos fue un experimento. Ahí tiene que ver mucho Fernando Samalea porque yo venía de estar unos diez años en Europa tocando con Lions In Love con un repertorio más cercano al acid jazz. Para entonces, junto a Fernando yo tocaba canciones de tango, las que después aparecieron en el disco y otras, así que un día él me dijo que se iba a la casa a traer el bandoneón para sacar la música en ese instrumento. Así lo hizo y después me dijo que había que grabarlo. Fuimos, lo hicimos y fue como un juego. Después tuvo la repercusión que tuvo, entonces me puse a estudiar canto seriamente y encaré mi vida como cantor y frontman. Así comenzó mi carrera, mi otra vida”.

Cambio. Esa es la palabra que enseguida el músico elige para recordar esos hechos. “Yo cantaba antes en las bandas, pero no era cantante. Lo hacía en Los Abuelos de la Nada, en Los Twist y también en Lions in Love, pero no me sentía un cantante. Cuando encaré el disco del que hablamos se produjo en mí un cambio sustancial. Comenzaba a ser el cantante que sostiene todo un concierto, algo totalmente diferente a cantar una canción en un concierto. Eso fue en 1997 y desde ese punto comenzó mi etapa como solista”.

El tiempo pasó e hizo el resto. Tangos bajos se convirtió en un clásico indiscutido en la carrera de Melingo. “Creo que es un disco icónico dentro de mi discografía. Lo que me llama la atención es la manera en la que atravesó a mucha gente. Justamente, por eso estamos haciendo un documental sobre ese hecho con amigos del cine, dándole forma a testimonios de un montón de gente que se sintió tocada por ese álbum. Hay profesionales, músicos, cantantes extranjeros en diferentes países. Es un hecho en el que se está trabajando con relatos tan valiosos que vienen de ciudades como París, Atenas, Montevideo, Londres y Buenos Aires sobre todo”.

Después de muchos años descatalogado, Tangos bajos fue editado en vinilo recientemente, lo que significa para el músico una auténtico renacer del material. “Lo siento así, es como una segunda vida que tiene. Si bien nació en la época del CD, luego desapareció y no estaba ni en streaming. Ahora vuelve con toda la fuerza, por fin se pueda tener el vinilo debajo del brazo”.

En su versión solista.
Foto: Fabio Borquez

Los shows que vendrán para celebrar a Tangos bajos prometen ser muy emotivos, algo que enseguida el ex Abuelos se presta para develar. “No solamente vamos a estar tocando todas las canciones de Tangos bajos, sino también las de Ufa!, mi disco siguiente de ese entonces, así que serán aproximadamente unas veinticinco canciones las que estaremos haciendo. Todas tienen que ver con el tango canción que se evoca con esta celebración y con los invitados que participan de los conciertos”.

A propósito de esto último, enseguida queda al descubierto el amor que profesa Melingo por recibir a músicos como invitados. Dice al respecto: “Tanto como en mis presentaciones de Tangos bajos como en Encuentro maximalista los músicos son mis invitados especiales. Los que me acompañan son Muhammad Habibi en la guitarra criolla, Patricio Cotella en contrabajo y Camilo Ferrero en bandoneón. A estos se le suma el factótum de la grabación, porque se trata del responsable de que la grabación del disco se haya realizado, me refiero a Fernando Samalea, que para esta serie de shows por los festejos de los 25 años de Tangos bajos nos acompaña en percusión. A todo eso se sumamos dos cantores especialmente invitados para la ocasión, me refiero a Maxi Prieto y Julieta Lasso que me acompañan con todo el corazón. A esto también se le fueron sumando otros artistas muy queridos como Cristóbal Repetto y Axel Krygier. Lo mismo pasa con Encuentro maximalista, los invitados siempre se extienden y a mí me gusta recibirlos arriba y afuera del escenario. Somos todos colegas que tenemos una misión con la música. La magia del ida y vuelta con los músicos y con el público siempre me dan ganas de más. «

Melingo X2

-Tercer Encuentro maximalista. Daniel Melingo e invitados ilustres. Domingo 23 de agosto a las 20 en Niceto Club, Niceto Vega 5510.
-25 años de Tangos bajos. Viernes 15 de septiembre a las 20 en el ND Teatro, Paraguay 918.

La generosidad de Páez y la serie

Los años ochenta fueron retratados de manera especial para contar la vida de Fito Páez bajo el manto de Netflix. El amor después del amor, la serie que relata un periodo inicial del músico rosarino se transformó en la gran serie éxito de los últimos meses, donde el rock de la época fue llevado a la pantalla generando una adhesión total en el público. En ese contexto, bajo una circunstancia especial, Daniel Melingo es nombrado como uno de los protagonistas de la movida de aquellos años.

“Vi la serie de Fito y me encantó. Aunque sea una ficción, porque todas las series tienen ese componente que lleva a su visualización, me pareció interesante que haya salido algo así con la vida de un tipo tan talentoso y generoso como es Fito. Me gustó mucho la caracterización de Fabi (Cantilo) porque me encantó por lo lograda que estuvo. A toda la serie, sus ocho capítulos, los vi en un fin de semana, de un tirón. La verdad y como espectador, quedé muy satisfecho que se haya llevado a la vida de muchos algunas de las cosas que nos pasaron durante esos años”, reflexiona Melingo.