Diente de Madera, el proyecto de Jonah Schwartz, presentó su último disco en la noche del viernes, en el espacio cultural Roseti (Almagro). Sand, EP en cassette también en bandcamp, sirvió para que el estadounidense, afincado desde hace años en la Argentina, volviera a desplegar la magia que su música atesora. El recital y el disco vienen patrocinados por Disonancias Alternadas, el sello que Schwartz maneja con Flora Dido, y que ha organizado desde hace unos meses tres recitales en la zona de Villa Crespo y Almagro, para propuestas por fuera de los circuitos convencionales. Como teloneras  Horizonte de Sucesos, el trío comandado por Dido, se prodigó en una ceremonia sombría que acompasa estética psych sesentera con amateurismo irredento del ‘77. Tribalismo trash-punk que revive la deriva “riot girl” con gracia y desparpajo; ritmos esenciales, riffs garageros y una estática escénica fascinante, digna de una presentación más larga.

Por su parte, Diente de Madera constituye un proyecto de folk liberador de vertientes tradicionales y contemporáneas, que no rehúyen lo exótico. Abrieron el set en formación de cuarteto: con Schwartz al órgano, Julia Tchira en el acordeón, Nuala McLaughlin en la schruti box y Eric Brown (que luego tocaría laud y otros instrumentos de cuerda). Entonaron los cuatro, durante cerca de diez minutos, ese canto tradicional anglo, de motivo marítimo y prodigioso magnetismo, llamado “Blood Red Roses”, que es una de las canciones del disco. El asunto funciona como drone inmenso, donde las voces se aletargan sobre una tonalidad flotante, sumergiendo a la audiencia en una suerte de cavidad oceánica ancestral. “When I Was Just A Girl” siguió en un tono más intimista, de folk autoral con arreglos de cuerdas (violín) y detalles atmosféricos arrasadores (guitarra eléctrica). Tónica similar a la de “La Ventana”, composición que disfruta en el disco de la voz de Karina Vismara, la cantante fallecida en agosto a la que está dedicada la grabación.

El concierto se sucedió con los músicos saliendo y entrando del escenario, tocando diferentes instrumentos, según las necesidades de cada canción. “Look Kindly On Your Servant”, “Little Sadie” y el tradicional de las montañas Apalaches “Mole In The Ground” son clásicos de Diente, que basa parcialmente su repertorio en la revisitación de canciones, como poco, centenarias, afectas al legado vernáculo de Norteamérica, que Schwartz revive dándole nuevas dimensiones. Tras el órgano, el músico siguió al banjo, exhibiendo una sonoridad particular de la que saca montañas de recursos expresivos. Luego con la guitarra de 12 cuerdas tocó un par de números, especialmente el instrumental en solitario “Le Mat” (también del disco), que se desarrolló en clave de raga, con variaciones modales que desembocan en una exhalación vehemente, tan atonal como atrapante.

En el último bloque del concierto, con el cuarteto de vuelta, y la adición de dos pedales hindúes, el ensamble encandiló a la audiencia con una ardiente versión del tradicional “Moonshiner” (cántico borrachero de la época de la Depresión), interpretado en un tono grave y mayor dramatismo, jugando con la resonancia del espacio. Otro himno tradicional sirvió de despedida. “Sail Away Ladies” (versionado por Joan Baez y John Fahey) relució con la banda tocando parada entre el público, disolviéndose lentamente entre los acordes de una reiterada progresión voladora, y ya en un estado de espontaneidad ajena a cualquier formato.

-Diente de Madera. C.C. Roseti (Almagro). 4 de noviembre de 2022.