Apoyada en realidades alternas y como puerta de entrada a nuevos personajes de la franquicia de Marvel, la nueva película Doctor Strange en el multiverso de la locura pendula entre lo macabro, lo inexplicable y algunas decisiones cuestionables en el guión. Si bien esta nueva entrega del hechicero protagonizado por Benedic Cumberbatch es una secuela de la primera película de Doctor Strange (2016), han pasado otros tres filmes que involucran directamente al personaje, y otras tantas series que hacen que la lectura de la reciente producción no sea ni tan lineal, ni tan sencilla a priori.

Los hechos de esta historia dirigida por Sam Reimi suceden luego de que se termine el periplo de los Avengers para salvar (o regresar a) la vida de medio universo, luego de que Thanos se hiciera con las gemas del infinito. Esto parecería una obviedad para quienes siguen todo lo referido a los superhéroes de Marvel, pero vale aclararlo, puesto que en una saga donde se hace uso y abuso de los multiversos, resulta clave ver todas las películas y series para estar al filo de los detalles y las referencias. Dicho esto último, parte de la filmografía obligatoria para seguir la historia al pie del cañón es la serie Wandavision.

Uno de los puntos fuertes en Doctor Strange en el multiverso de la locura es el ritmo con que se revela de qué va. En el primer acto se nos presentan los personajes, sus móviles y el problema central, de forma bien clara. América Chavez es una nueva heroína, que tiene el poder de saltar de universo en universo pero que no tiene bien claro cómo lo logra; así que pide ayuda a Doctor Strange, ya que es perseguida por un ente maligno que quiere arrebatarle este poder. El protagonista requiere asistencia, a su vez, de Wanda (la Bruja Escarlata), y descubre que es ella quien obra para hacerse de estos poderes. Ahí, entonces, se desata una batalla encarnizada. Sí, todo esto en el primer acto y es lo más disfrutable de la película.

Desde ahí y hasta que se termina el film, América y Strange van de universo en universo para hacerse de un libro que los ayudará a librarse de Wanda y de la maldad que la posee. Aparte de las referencias a otras series y películas, se mezclan franquicias, ya que aparecen personajes de la serie animada What if e insinúan en una escena (quizás la mejor de la película) la inclusión de Los 4 Fantásticos y X-Men en el universo de Marvel.

En la previa se vendió esta película como un gran evento del universo Marvel y terminó siendo un experimento que tiene algunas cosas interesantes. Por ejemplo, apelar mucho más al terror y la sangre de lo que se puede esperar en una entrega de este tipo de films, o el arco narrativo del personaje de Wanda y el final, donde no queda claro si Doctor Strange está o no corrompido por las fuerzas del libro que invoca para salvar su mundo.

En definitiva, en Doctor Strange en el multiverso de la locura Sam Raimi agregó elementos que no eran propios de este universo y los matizó entre chistes y escenas de drama ATP, pero tanto explorar las líneas temporales alternativas muchas veces no hace más que nublar las razones y los argumentos por los cuales los personajes se movilizan para uno u otro lado.