El filme «People That Are Not Me», de la joven realizadora israelí Hadas Ben Aroya, se alzó hoy con el Astor de Oro a la Mejor Película de la Competencia Internacional de la 31 edición del Festival de Cine de Mar del Plata, que entregó sus galardones en una ceremonia con alfombra roja incluida, y estrellas y figuras del espectáculo. Con la conducción de Andrea Frigerio se llevó adelante la gala de cierre del 31° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium y se conocieron los ganadores de todas las categorías oficiales. «Ópera prima de la cineasta israelí, es un drama sensible que nos hace viajar a la isla de un corazón desesperado que utiliza el dolor como veneno y antídoto de la tristeza narcisista», explicaron los organizadores.

El Astor de Plata al Mejor Director fue para el rumano Radu Jude por su notable filme «Scarred Hearts» y la brasileña Sonia Braga se llevó el Astor de Plata a la Mejor Actriz por su papel como una mujer madura que defiende sus derechos ante la avasallante impudicia del poder del dinero y los negocios en «Aquarius», de Kleber Mendonça Filho, película que también ganó el Premio del Público.

El premio al Mejor Guión recayó en el ruso Andrei Konchalovsky por su filme sobre particulares circunstancias en la Francia ocupada y los campos de concentración del nazismo. Por su parte, el Astor de Plata al Mejor Actor fue para el norteamericano Mahershala Alí por su interpretación de un dealer que cuida de un niño hijo de una madre drogadicta en el drama norteamericano «Moonlight», de Barry Jenkins.

El último galardón del Jurado de la Competencia Internacional fue una Mención Especial para Leo Histin por su trabajo como director de fotografía de «Nocturama», el incómodo y consistente filme del francés Bertrand Bonello que gira en torno a un grupo de jóvenes que realiza una serie de atentados en París.

En tanto, el documental brasileño «Martirio», que registra el despojo de sus tierras que sufre la comunidad guaraní-kaiowá del sur del Matto Grosso desde la Guerra de la Triple Alianza hasta la actualidad, obtuvo el Premio Especial del Jurado. Dirigido por Vincent Carelli, Ernesto de Carvalho y Tatiana Almeida, fue elegido como Mejor Largometraje en la Competencia Latinoamericana. «Aire quemado», del mexicano Yamil Quintana, ganó en la competición de cortometrajes.

En la competencia exclusiva para largometrajes argentinos fue elegido como Mejor Filme la opera prima de Tomás de Leone «El aprendiz» y el premio al Mejor Director fue para Lukas Valenta por su filme «Los decentes», mientras que como Mejor Cortometraje ganó «Murciélagos» de Felipe Ramírez Vilchez y como Mejor Director de Cortometraje Mariano Cócolo por «Al silencio».

En la sección «Work In Progress», para filmes en proceso de realización, ganaron «Extraño», de Natural Arpajou el premio Incaa; «Adiós entusiasmo», de Vladimir Durán el premio Cono del Silencio y el filme «Construcciones», de Fernando Restelli, el premio Cinecolor.

En su premiación, el jurado internacional eligió un filme pequeño, extraño, de construcción simple y alta exposición de su realizadora, que es la protagonista y que cuenta sus fallidas salidas y encuentros sexuales con algunos jóvenes luego de una separación amorosa que no puede superar, para hablar de la incomunicación y las distancias entre los jóvenes.

Mucho más sólidas fueron propuestas como la rumana «Scarred Hearts», que aunque reconocida con el premio como Mejor Director para Radu Jude era la gran candidata al Astor de Oro, y la francesa «Nocturama», un filme políticamente incómodo ante el auge del extremismo conservador que parece hegemonizar al mundo cristiano, judío e islámico en la actualidad.

«El cine argentino esta muy bien ubicado en el concepto general del mundo», dijo José Martínez Suárez, presidente del festival, quien pidió ante cientos de cinéfilos que Mar del Plata sea declarada ciudad del cine argentino. 

Por su parte, para el presidente del Incaa, Alejandro Cacetta, Mar del Plata es el «faro de Latinoamérica». «Se respiró una fiesta en sí», dijo al referirse a esta edición del Festival que contó con más de 450 películas en cartel. «Una política pública de apoyo a la cinematografía tiene como único benefiado al público», sostuvo y contó que la participación de la gente «realmente emociona».

El palmarés de las dos competencias principales le dio al cine argentino solo el Premio Especial del Jurado para la soporíferamente críptica «El auge de lo humano». Se fueron con las manos vacías «Hermia & Helena», de Matías Piñeiro, y «El futuro perfecto», de Nele Wohlatz de la Competencia Internacional, y las películas de Albertina Carri («Cuatreros»), José Celestino Campusano («El sacrifico de Nehuén Puyelli») y Gastón Solnicki («Kekzsakallu») en la Latinoamericana.

Se estima extraoficialmente que la asistencia de público, que colmó la sala en casi todas las proyecciones, podría superar los 140.000 espectadores del año pasado.