Este fin de semana, en el Festival de Wacken Open Air, los fanáticos de Megadeth vivieron un momento épico: fue cuando Dave Mustaine, cantante, guitarrista y líder del histórico grupo, dijo que el grupo tenía una «sorpresa especial, y ahí mismo mostró suya tocando con su legendario excomapañero de banda, Marty Friedman.

El gran guitarrista se sumó al escenario para tocar tres canciones y cerrar el set de Megadeth: «Trust», del disco Cryptic Writings; «Tornado of Souls», de Rust in Peace y el mítico «Symphony of Destruction», del álbum Countdown to Extinction. La exaltación de los fanáticos no es infundada: además de haber disfrutado de esa poderosa seguidilla de temas que tocaron este este fin de semana en el pueblo de Wacken, a comienzos de este año se dio la misma situación con Friedman durante el Festival Budokan en Tokyo.

Marty Friedman integró Megadeth entre los años 1990 y 2000, en una de las mejores épocas del grupo, en el que lanzaron sus discos más memorables, logrando una enorme repercusión a nivel internacional: Rust In Peace, Countdown to Extinction, Youthanasia, Hidden Treasures, Cryptic Writings y Risk. Con estos reencuentros, surge la esperanza de que el músico deje de ocupar el rol de viejo conocido que juega de vez en cuando de invitado, para volver al los grupo que marcó su carrera.