“Lo importante es festejar”, ríe ante una pregunta José Teixidó, líder de Amores Tangos, acerca de todos estos 15 años del grupo, que los está celebrando con su espectáculo Fiesta Universal en distintos puntos del país, y que tiene su fecha en Buenos Aires el próximo viernes 10 en La Trastienda. “Cuando vine a Buenos Aires a finales de los ‘90 colaboraba con varias murgas y estaba volviendo esa cosa, y eso se plasmó no solamente en nosotros sino muchos grupos en la primera década de los 2000.” Y si bien aquellos tiempos festivos, sin que nadie lo esperara y menos lo quisiese, se transformaron en estos aciagos, no por eso afectaron la intensidad del festejo, aunque sí sus formas. “Nuestro último disco ya no es un disco tan alegre como los anteriores, pero creo que lo que festejamos y celebramos ahora es hacer y compartir música: nos encontramos las personas que nos queremos encontrar y que queremos hacer música juntos, disfrutando un montón. Ahora cuando fuimos a Mar del Plata y Necochea en combi toda la orquesta, la orquesta grande, la pasamos bárbaro. Creo que excede lo musical”.

Es que si no hay mal que dure cien años, tampoco puede haber festejo permanente: en esa interrupción de la continuidad de la desgracia y de la alegría está, precisamente, el sabor que se degusta cuando llega. Por eso es tan celebratorio un campeonato como salvarse de irse al descenso. “Lo que creo es que en la línea larga de la historia de Amores Tangos y de la historia en general tenemos motivos para festejar aunque la coyuntura y las circunstancias de este momento sea difícil. No solo acá en la Argentina sino en el mundo. En ésa, la línea larga de décadas para atrás o para adelante, estar acá y poder compartir lo que hacemos con quienes lo compartimos, eso ya es un motivo de festejo.”

En aquel 2008 José Teixidó (guitarra y dirección), Marcela Galván Alberti (voz y saxo), Juan Tarsia (voz y piano), Nicolás Perrone (bandoneón), Augusto Argarañaz (percusión), Mayumi Urgino (violín), Cristian Basto (contrabajo) se juntaron con “mucho entusiasmo”, pero también con bastante temor: “Mirá si no funciona”, ríe. “Después de estar muchos años en el mundo del tango tocando para otros grupos, para orquestas, cantantes, habíamos decidido armar una banda. Siempre decís: ‘vamos a tener una banda, vamos a tener una banda’, pero entre que lo decís y lo haces pasa un tiempo. Me acuerdo que teníamos unos nervios. Era con gente que yo conocía, pero claro, estábamos poniendo la piedra fundacional de nuestra propia banda. Menos mal que la hicimos.”

Ese menos mal que la hicimos se sostiene en certezas y en dudas, porque como ya se dijo tantas veces: las estrellas sólo se ven en la oscuridad. “El presente, sin dudas”, es el momento de la certeza: «El sábado pasado que estuvimos en Mar del Plata y Necochea a sala llena con la formación completa y que la gente la pase bien, que se dé ese ida y vuelta que hay con el público se siga dando después de 15 años y con nuevas canciones y todo, ése es un momento de certeza.” Pero no fue el único. “Estábamos tocando en el Sanata, al principio principio, y sacaron las mesas. Y una señora de unos 70 años para poder ver el show, se paró arriba de una silla y bailaba arriba de la silla: ver que pibes y gente de 70, todos conectados bailando y haciendo algo que suponíamos que sólo podía hacer alguien de 20, esa cosa tan preciada nos la enseñó nuestro propio público.”

El momento oscuro que permite ver tantas estrellas, llegó cuando la banda ya tenía nueve años de vida y estaba de gira en Alemania, “una de esas giras que ni parás para ir al baño”, grafica Teixidó. Fuimos a Europa ocho, nueve veces, y ya estábamos cansados. Y estábamos en un pueblo en Alemania y nos tuvimos que tomar en un café para decir: che, qué hacemos, ¿seguimos o terminamos esto acá? Porque no dábamos más. Tipo volvemos de vacaciones y nos separamos. Y ahí tuvimos un momento de mucha crisis que de a poco y con tiempo se fue acomodando: lo que tiene el grupo también es que siempre hay espacio para hablar, hay distintos grados de participación de las personas pero siempre se producen espacios para que cada uno diga lo que le parece, cómo se siente.”

Amores Tangos y más


Sin embargo, como tantas otras cosas de este momento acá en el planeta Tierra, lo que definió a este gran momento del grupo fue la pandemia. “Osvaldo Peredo fue cantor de esta orquesta durante mucho tiempo, y varias veces, arriba del escenario -me acuerdo de una especialmente en un teatro de Mar del Plata- él usó la palabra familia para referirse a Amores Tangos. Y como ahora estamos armando lo de La Trastienda y le vamos a hacer un pequeño homenaje, me puse a buscar la etimología de la palabra familia. Una de las definiciones dice que familia viene de fame, de hambre, que quiere decir los que se juntan a saciar el hambre: es impresionante. Porque el hambre refiere a muchas cosas. Y creo que lo que a mí me pasa con Amores Tangos es un poco eso. De hecho ahora lo que nos pasa, después de la pandemia, es que picamos algo, pedimos algo de comer y antes era laburo, tocar, dale, vamos vamos y ahora hay unas empanadas, un mate. Entonces eso ya te dispone humanamente de otra forma.”


Al punto de que Teixidó se atreve a recomendar a todo el mundo a formar una banda. “Puede ser de música o de cualquier cosa, porque si tenés una banda con amigos te vas a encontrar a hacer algo con alguien que querés y que te gusta hacer: es una combinación que no falla. Me junto con alguien con quien tengo ganas de estar a hacer algo que los dos tenemos ganas. Entonces es buenísimo. Eso genera una muy buena energía. Te subís al escenario y la pasás bárbaro. A mí me pasa que cuando tenemos shows estoy mucho más feliz, y cuando de repente estamos un mes y medio que no tenemos fecha y no nos vemos es como si me apagara. Después viene la fecha y es como que me vuelve la sonrisa al cuerpo. Tenés que encontrar qué y con quién, ¡como si fuera tan fácil! (carcajadas).”


¿Cuándo?

Fiesta Universal. Viernes 10 de noviembre, a las 20:30 en La Trastienda (Balcarce 460).

Amores Tango en vivo.