Su música nace de un lugar primitivo: “de mis tripas, de mis entrañas”afirma Jamixel Bereau, quien junto a Thierry Biscaryo y Xan Errotabeherea, el sábado a las 21  en la Usina del Arte -Agustín R. Caffarena 1, La Boca-, con entrada libre y gratuita, mostrará sus canciones con arreglos minimalistas de voces (en euskera, su lengua materna) y percusión tradicional .

El domingo Los Kalakan , también a las 21 hs, en La Salamanca (Calle 10 esq. 60, La Plata), volverán a mostrar su talento por la música tradicional. Ese mismo sonido los llevó a tocar lugares como Río de Janeiro, Nueva York, Londres, Roma, Amsterdam hasta que un día los escuchó Madonna y dijo “ los quiero para mí”. El violín, la zanfona y la gaita, así como la txalaparta, la xirula y el atabal fueron parte de su última gira mundial The MDNA Tour. “Una parte central de su show eran los Kalakan. Ella utilizó nuestro sonido para lograr una cercanía con el público. Fue una gran experiencia pero somos músicos artesanales, el gran público no es nuestro ambiente natural”, afirma Jamixel. 

Los Kalakan durante su visita a nuestro país además serán parte  Semana Nacional Vasca, el encuentro que se celebra todos los años en Argentina, organizada alternativamente por alguna de las euskal etxeas (centros vascos) del país. Reúne a miles de personas procedentes de toda Argentina y países limítrofes, que celebran y comparten sus orígenes vascos. En 2016, la sede será el Centro Vasco Euzko Etxea de Necochea. Luego el trío se irá a Bruselas.

-¿Qué es lo bueno de este tipo de encuentros?

– Es algo raro porque se respeta lo tradicional más tradicional. Con los viajes me he dado cuenta que los inmigrantes viven del recuerdo, tienen una fotografía del lugar que dejaron, recuerdan y se reproduce eso. Pero la realidad es que esa fotografía cambia, así que es raro.  A su vez, es hermoso ver cómo respetan su tradición, casi como si fuera un pecado dejar su tierra y esa fuera su manera de redimirse. Me ha pasado de ver bailarines que tenían coreografías que se dejaron de usar a principios de siglo. Y eso es genial porque los movimientos que el folklorismo hizo desaparecer al academizar los bailes, desaparecería. Pero creo que también hay que aportar creatividad a las tradiciones para que evolucione y que sea un curso natural el que recorra, que no este enmarcado en una etiqueta. Lo que me dí cuenta es que la música es la mejor forma para unir a los pueblos, y a las personas. Sin dudas.

-¿Como es tu forma de trabajar el sonido?

– Intento cosas, arreglos y detalles para luego hacer el gran trabajo, que es tratar de poner oídos vírgenes y oír como si no fueras tú el que que toca, ni tus amigos. Yo trato de confiar en el instinto, en mi corazón. Veo que mucha gente hace cosas con la cabeza, o con perspectivas comerciales, o eligen un sonido por ser más vendedor, pero yo me di cuenta que cuando intentas eso se hacen cosas equivocadas. Eso no funciona para nosotros, tratamos de ser sincero con los que nos gusta sin importar.

-En ese sentido, ¿cómo fue la experiencia con Madonna?

Ella se relaciona igual, hace lo que le gusta y en eso fue excelente porque ella quería reproducir lo que ella sintió cuando nos vio, pero con su público. Nuestra música es algo más elemental y la energía que transmitimos, lo minimalista de nuestro sonidos, le permitió generar intimidad. Ella respeta como nosotros la libertad creativa, pero bueno ella genera mucha plata. Ella es esclava de esos contratos y de no poder salir a la calle y todo lo que trae la fama. Para nosotros la libertad de hacer lo que queremos cuando queremos, o poder salir a la calle, es algo que innegociable, pero bueno sabemos que nunca seremos algo masivo. Por suerte no es lo que buscamos. Nosotros sabemos que nuestro arte, lo que queremos transmitir es más directo y pequeño, no estamos dispuestos a pagar un precio por más fama y dinero. Creo esa presión por el éxito no vale la pena.

-¿Esa es la esencia de la cultura vasca?

– Cuándo se habla de cultura vasca en realidad es un concepto amplio como para poder identificar una esencia. El país vasco en España no tiene nada que ver con los vascos que nacimos en Francia. Por ejemplo: la historia de cada país nos condicionó de manera diferente. Ellos tuvieron 40 años de franquismo y eso traumó mucho a gran parte de la sociedad. Que no sea juzgado nadie por los crímenes cometidos en esa época y no poder enterrar a los muertos, o que no se sepa dónde están los cuerpos, es algo que cambia la personalidad de los pueblos. Nosotros en Francia por más de ser un mismo pueblo, vivimos otra realidad y tenemos un espíritu menos guerrero que se forja en tiempos difíciles, y nos manejamos distinto. Ellos, los vascos de España, tienen un sentido de solidaridad y unión que los hizo crecer, que los llevo a desarrollar industrias y todo, además tiene una enemistad con Madrid bien marcada. Nosotros del lado francés tenemos otra realidad, aún conservamos un espíritu más rural, más antiguo, más primitivo y más tranquilos por no haber vivido ese horror. Tenemos una relación distinta con la vida y eso se nota en nuestra música.