El 12 de marzo se cumplen 30 años de uno de los discos que sacudieron el mundo de la música. Fue en 1991 cuando R.E.M. dejó de ser un grupo admirado por los universitarios de Estados Unidos para saltar a las consideraciones populares con Out of time, un álbum de once canciones y 18 millones de copias vendidas que transformó al grupo en una banda de estadios para muchos y al mismo tiempo los volvió influyentes y escuchados en términos sociales.

R.E.M. nació en Athens (Georgia), cuando Michael Stipe (voz), Peter Buck (guitarras), Mike Mills (bajo) y Bill Berry (batería) decidieron formar una banda a comienzos de los años 80 para sacudir el rock de Estados Unidos. Sin saber que con el nacimiento de ellos nacería (al menos en Estados Unidos) la etiqueta conocida como rock alternativo, lo cierto es que lo de ellos fue de menor a mayor hasta llegar a la cima (artística y notoria) del álbum que por estos días cumple tres décadas. Si bien antes de ese álbum ya habían lanzado grandes discos (entre ellos el debut Murmur o Green, editado en 1988), la explosión de Out of time los convirtió en una banda que sería escuchada mundialmente.

Pariente directo de Everest discográficos que fueron editados ese año, entre ellos Nevermind (Nirvana), Achtung baby (U2) o Loveless (My Bloody Valentine), Out of time es considerado por millones como un álbum imperecedero. La primera pista de que la hasta entonces banda seguida por universitarios cool venía con algo distinto la dio “Losing my religión”, el primer single del disco editado en febrero de 1991 que expuso una mirada existencialista y declaratoria por parte de la banda que se convirtió en un hit instantáneo.

Con la fuerte impronta de una mandolina en primer plano, la canción daba cuenta de varias instancias que entre sí jugaban con el imaginario del oyente medio. Por un lado llevaba a pensar en las consecuencias de perder la fe en lo que se busca, espera y no se encuentra, aunque por otro funcionaba como una ineludible metáfora de un amor no correspondido.

Establecido como un hit directo y confesional, la prensa de Estados Unidos comenzó a elevar al grupo como sólo los medios estadounidenses pueden hacer. Enseguida MTV puso en rotación el clip de «Losing my religion» una vez cada hora, lo cual sumó más significados a los que ya circulaban silenciosamente. El hoy considerado célebre video dirigido por el realizador Tarsem Singh exponía imágenes religiosas (notoriamente influenciadas por la estética de pintores como Caravaggio) que hizo que no se parase de hablar del próximo disco de R.E.M.

Ya para cuando en marzo de ese año el álbum ganó las calles la respuesta de los fans, el público y la prensa fue de absoluta devoción. La mayoría de los medios cómo mínimo calificaron al disco como muy bueno o directamente excelente, y sólo ese año se vendieron más de cuatro millones de copias de Out of time, algo totalmente impensado para una banda alternativa considerada chica de un pueblo del interior de los Estados Unidos.

El segundo corte del disco lanzado en mayo de 1991 no hizo más que agrandar las opiniones positivas que se tenían de la banda. “Shinny happy people”, fue otro hit inmediato entonado junto a Kate Pierson (una vieja conocida de la banda y miembro estelar de The B-52´s) que casi al instante se transformó en una oda al optimismo social pero que también funcionaba como la contrafaceta de “Losing my religión”, lo cual constituyó una jugada maestra que exhibió una nueva cara de R.E.M. A esos dos singles le siguieron “Near wild heaven” y “Radio song”, la canción con la que comenzaba el álbum y de alguna o varias formas la que indicaba el camino a seguir en la escucha del disco.

Como álbum, Out of time debutó directamente en el número uno del ranking de los Estados Unidos, y aunque salió de esa posición más tarde, tampoco se demoró mucho en ocupar la cima de los rankings nuevamente. En términos de reconocimientos, el disco se llevó tres premios Grammy en la edición de 1992 correspondiente al mejor álbum de música alternativa y luego dos por la mejor canción y el mejor video (ambos por «Losing my religión»). De esa forma R.E.M comenzaba a codearse con los grandes grupos de su era, al mismo tiempo que dejaba bien sentado que se podía llegar a ser un grupo muy vendedor sin perder integridad en el camino.