Más que encomiable debut en la dirección cinematográfica de Nicolás Puenzo, hijo Luis (realizador de la ganadora del Oscar La historia oficial) y hermano de Lucía (XXY, Wakolda) –aquí ambos productores, y ella además coguionista-. Acaso venga de familia ese interés por los temas no muy abordados en el cine argentino que cada uno vivió en su tiempo. En caso del padre fue quien entendió de la mejor manera posible para la incipiente democracia argentina (que no quiere decir la forma más certera y superior, sino la que el espectador argentino medio podía recibir); en el caso de Lucía, con otros dos temas de esos de los que mejor no hablar (en el cine): las personas hermafroditas y el ocultamiento de nazis en la Argentina. El caso del último debutante va en sentido parecido: la distopía.

La acción se ubica en un norte argentino más parecido al que dominó en su momento el pueblo Aymará, mezclado con la iconografía visual que en los últimos años proliferaron a partir de las intervenciones militares de Estados Unidos en Medio Oriente. Es un norte argentino devastado que, como todo territorio en guerra, tiene militares y refugiados; y mucho mercado negro de todo tipo. La guerra de los militares es por el agua, la de los civiles, por la sobrevivencia.

Con un muy buen tratamiento fotográfico, lo mismo que la elección de las locaciones para el rodaje -que da como resultado una buena explotación de los recursos que imponen las condiciones de producción- Nicolás Puenzo consigue una road movie distópica a partir de seguir las pericias de los personajes de Peter Lanzani y de la modelo y actriz peruana Juana Burga (otras dos aciertos, esta vez del casting) por escapar de ese infierno en que se ha convertido la planicie andina hacia Iquique, en Chile.

Puenzo logra el difícil equilibrio entre el entretenimiento y el sentido y reflexión que quiere darle a su historia. Eso no la hace evitar algunos lugares comunes, pero este Puenzo -también en consonancia con su familia- no trata de disfrazarlos ni ocultarlo: eso le da un tono de autenticidad al film, de falta de impostación que lo hace más llevadero y agradable.

Los últimos (Argentina-Chile, 2017) Dirección: Nicolás Puenzo. Con: Germán Palacios, Peter Lanzani, Juana Burga, Natalia Oreiro, Alejandro Awada y Luis Machín. Guión: Nicolás Puenzo y Lucía Puenzo. 91 minutos. Apta para mayores de 13 años con reservas.