A diario y en distintos ámbitos se habla acerca de cómo la pandemia cambió sentires, sensaciones, conductas, pareceres: por lo general para mal. De la nueva luz que esparce (aún tenue, cierto) se habla menos, casi nada. Porque así como hubo diversas experiencias en el durante, las hubo en la búsqueda de una salida de lo sucedido. “Siempre había tocado con bandas muy grandes, de 7 a 10 músicos, siempre mis discos tienen muchos colores, muchos instrumentos, y hace dos años tomé la decisión de hacer esa experiencia de tomar mis canciones y sacarle todo lo que tenían encima, trabajarlas para que se puedan mantener sólo con guitarra y la voz -cuenta sobre su salida musical de la pandemia, por así decirlo, Omar Giammarco-. No era la idea ir a Pista Urbana a hacer una versión fogón de mis canciones: me lo tomé muy en serio, trabajé varios meses buscando la forma y cuando una canción no se sostenía la descartaba. Eso empezó en enero del 2021 y se llamó el ciclo Cocina de autor.” 

Esta especie de reclusión compartida, asegura que cambió su vida, su manera de cantar, de relacionarse con el público: “Para mí fue una experiencia muy fuerte que mes a mes fue creciendo, con la suerte de tener un lugar donde poder tocar. Porque desde el principio está el clima establecido de escucha atenta. Con el tiempo eso se volvió mi mejor manera de mostrar mis canciones, y este disco es hijo absoluto de eso: un disco despojado desde lo instrumental que tiene muy por delante la comunicación, eso que dicen las letras de la manera más emotiva posible”. El disco del que habla Giammarco es Las razones del corazón, que ya está en plataformas y que tuvo su primera presentación el pasado sábado 11 en Pista Urbana y tendrá una nueva fecha el próximo sábado 25 en el mismo lugar.

Omar Giammarco.
Foto: Gentileza Laura Tenenbaum

“La primera etapa fue tocar discos anteriores míos y si bien eran canciones que tocaba hace mucho tiempo eran versiones nuevas. Entonces los primeros conciertos te exige un nivel de concentración total: no hay ningún momento donde puedas aflojar esa concentración porque solo hay una guitarra y una voz. Pero pronto pasó -y lo atribuyo también a la salida de la pandemia- que empecé a sentir como una comunicación con el público que no era: estoy tocando para esta gente; sino: estoy tocando para cada uno; como que le cantaba a cada persona en particular. Para eso el lugar ayuda. Y de hecho para presentar el disco fue toda una discusión, porque por lo general uno presenta el disco en un lugar grande y hace un solo show con invitados y todo. Y en un momento tomé la decisión de hacer varias fechas en Pista que es el lugar donde todo esto se gestó.”

-Es como festejar el campeonato en tu propia cancha.

-Es muy buena la imagen. El disco no hubiera sido posible sin esta experiencia y quiero celebrar su salida en el lugar en el que se gestó. 

“Soy un músico completamente distinto al que era”, vuelve con igual o más énfasis buscando subrayar la importancia del trayecto. “Desde el lugar musical me volví muy certero en la manera de tocar en vivo. Antes ponía mi cabeza en muchos aspectos de la presentación y tal vez menos en cómo interpretar, cómo expresar lo que quiero que el otro reciba. Si miro para atrás no defendía tan bien mis canciones en vivo como las defiendo ahora. Y con respecto a la vida, el disco abre con un tema que se llama Migas de pan, que es un poco un diálogo, una comunicación entre el niño que fui y el hombre que soy ahora. Y si al niño que fui le hubieran dicho que iba a grabar con León Gieco, con Hugo Fatorusso se habría vuelto loco. Y por ahí el hombre que soy no se da cuenta, no se detiene a pensar qué maravilla es eso y sigue. De alguna manera la vida es eso, seguir, pero está bueno a veces volver un poco atrás para pensar que hay un montón de cosas que antes eran sueños y que por suerte se volvieron realidades.”

La canción que abre el disco fue la señal de que todo estaba bien encaminado: “Los mensajes que recibía el tema no eran: me gusta; eran: estoy emocionado, estoy pensando en una foto mía de cuando era niño, todo era muy emotivo. Ahí hay una parte muy sensible, que me doy cuenta ahora con la canción ya rodando que involucra a todos y todas con esa pregunta: qué dejamos en el camino, entre ser un niño y ser un hombre, de esos sueños con los que arrancamos: cuántos nos costó sostenerlos o cuántos dejamos en el camino.” La pregunta de los millones, que acaso hasta el día de la partida de este mundo nadie pueda responder. 

Otras, menos existenciales pero tanto o más vitales, como qué se percibe en la atmósfera, ayudan a estar alertas, o a soltarse para recibir la experiencia. “Hubo una discusión con Pelu sobre Ahora qué porque se corría un poco del color del disco. Y tenía razón. Pero era una canción que yo necesitaba decir en este momento, porque era una letra que en mi cabeza estaba todo el tiempo. Y a pesar de que se corría un poco del tono, quería que estuviera también. Porque no hay personas perfectas y desde ese lugar me parece muy sano relacionarse con el otro, decirle: esto que hiciste no está del todo bien; o: a veces pensás cosas que no estoy de acuerdo pero sentémonos un toque y busquemos la presencia porque por ahí estamos más cerca de lo que pensamos. De alguna manera, somos todos sobrevivientes. Y verlo desde ahí quizás hace más fácil relacionarnos pensando que somos todos superhéroes y llenos de virtudes. Además de que nos va a generar una frustración enorme, porque eso es imposible.”

Ese reconocimiento de que no todo se puede, y que incluso lo que se puede no se puede solo es algo que los artistas aprenden a poco de andar, como infancias que crecen de golpe. Por eso, tal vez, no sienten menoscabo alguno ante la ayuda, incluso a costa de ligar algún maltrato gratuito. “La presencia de ayuda no es tan relevante para editar un disco sino más bien para generar espacios donde la gente pueda acceder como Pista Urbana y otros lugares que necesitan el apoyo para existir y mostrar otra cara de la cultura. En la música más que en ningún lado se ve lo que es dejar todo en manos de mercado: ahora disfrazado de algoritmo siempre te muestran lo mismo. Cuando estas plataformas comenzaron estaba la fantasía de que todos íbamos a tener las mismas oportunidades, y te puedo asegurar que un disco nuevo de un artista hiper comercial te va a llegar igual aunque vos escuches Free Jazz. Lo que estamos viendo es que el mercado está haciendo estragos porque cada vez hay menos lugares en los medios para difundir otras cosas. El Estado es muy importante para tratar de equilibrar los espacios y la difusión.”

Foto: Gentileza Laura Tenenbaum

Omar Giammarco en vivo

Presenta Las razones del corazón el sábado 25 de noviembre, 21 horas, Pista Urbana (Chacabuco 874).