Ideado por sus hijos Juan Cruz, Manuela y Soledad, se realizará un profundo reconocimiento al legado musical y espiritual que dejó Jaime Torres, mago del charango, que murió el 24 de diciembre de 2018.  El encuentro tendrá  la  dirección musical Rubén “Mono” Izarrualde, quien fuera muchos años integrante de la banda del músico nacido en Tucumán.


“Mi rol será juntar a todos los músicos que pasaron a su lado, que no son pocos, y darle forma”, cuenta el músico Izarrualde, quien reconoce en Jaime Torres como una de las grandes figuras de nuestra cultura popular porque “con este chiringuito él dio vueltas por el mundo e hizo conocer nuestra música: fue un estandarte y un representante para todos sus compañeros”.


Izarrualde adelanta la posibilidad de un disco en homenaje al legado musical de Torres. “El juntaba almitas y vamos a tratar de reflejar eso. Acá vamos a estar los que estuvieron con él antes y en los últimos años, es una emoción de aquellas. Fue como ser humano una persona muy grande, pero como músico fue fundamental para nosotros. Fue el charango de la Argentina, logró un color fantástico, que no había antes de su aparición. De algo diminuto como una mulita hizo algo grandioso. Cuando tocaba se ganaba el espacio, era el rey del silencio, había cosa que no las tocaba pero que estaban en el aire. El era uno que no ponía notas, sino sacaba. Era para aprender cuando tocaba, y queremos mostrar en una noche su legado en la cuestión sonora. El sonido de cada instrumento hay que encontrarlo y como el nadie lo ha hecho. Nos contaba cuentos con su instrumento, esta noche, espero, sea uno más de los tantos que nos contó”.


Don Jaime tenía la  costumbre de juntar amigos músicos en su casa, y entre vinos y empanadas, ir creando química para luego en el escenario tener la comodidad para que los dedos vuelen. La idea es replicar ese espíritu que tanto identifico a uno de los referentes más importantes de la música popular argentina y Latinoamérica. El show recorrerá sus canciones e incluirá anécdotas sobre él. Habrá invitados como Bruno Arias, Jairo, Susana Moncayo, Melania Pérez, Fortunato Ramos, Koya Ruiz y muchos más en una noche inolvidable.


Uno de lo que no faltará será otra grande de la música nacional: Juan Carlos “Tata” Cedrón. “Voy a hacer un tema que hicimos con Jaime hace dos o tres años, voy a contarles a los presentes cómo fue el proceso creativo, como llegamos a grabarlos, como ensayamos y cómo fue que se dio ya que era un tema que los dos queríamos pero no lo sabíamos. Es una de tantas sorpresas porque voy a hablar de la linda relación que teníamos. Pero contar cómo llegamos al último tema que hicimos juntos me parece simpático”, destaca el cantante y guitarrista que tuvo  desde los años ’60 una amistad muy cercana con el artista jujeño. 


“Me gustaría que la gente se emocione. Desde pibes nos movíamos por todos lados para buscar aventuras. Nos juntábamos no sólo con músicos, sino con poetas, intelectuales, artistas de todo tipo, pintores, dibujantes, para nutrirnos de todos ellos. Con Jaime íbamos mucho a la Villa 31 en Retiro, era como un mercado persa, donde íbamos a jugar al sapo, o comer  comidas bolivianas. Siempre con esa picardía de jóvenes, de conquistas, buscando enamorarse, tengo muchos recuerdos de aquellos años. Aprendimos mucho juntos”, recuerda el Tata. En el 72 se fueron exiliados primero a España y luego,  tocando en el tren, y  se fueron a vivir a Francia. Después hicieron giras con Paco Ibáñez por toda Europa. «Tengo muchas historias a su lado. Pero que la gente sepa que él fue un gran músico, un tipo suelto, uno que inventaba. El era un tipo que buscaba un sonido y lo encontró. Tenía un lápiz para dibujar en el aire. Además nunca tocaba solo, siempre necesitaba de otros para compartir la música, se adaptaba a todo,  con un oído espectacular y una sensibilidad única, por eso fue un gran músico del mundo”.


Juan Cruz Torres, uno de sus hijos, tiene claro que cuando el músico se entrega de manera tan sincera y genuina como lo hizo su padre, la gente recibe esa energía y lo retribuye: “La intención con esta ofrenda musical es traer a la memoria a mi viejo para rendirle homenaje como referente de la música popular argentina y latinoamericana, y para eso convocamos a los amigos que compartieron con él ese camino musical. El charango era esencialmente un instrumento del folklore argentino pero él lo llevó a otros lugares. En su cabeza nunca hubo límites ni fronteras; siempre estuvo a favor de la música”, destaca Juan Cruz.


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(Foto: Télam)


“Todo es muy reciente,  no hace tanto que murió –confiesa–. La idea es traer a la memoria la amistad de la que mi viejo hacia un culto. El show será una suma de voluntades que trabajan desde el amor para decir presentes. Nunca dejo de ser mi papa, no era fácil, pero con los años te vas dando dimensiones de lo que fue para la música nacional,  que es un prócer. Aprendimos todos mucho de él, un referente y un ejemplo a seguir. Nos señaló un camino. Nos dejó una misión y en eso estamos, por suerte nunca fue pesado ser su hijo”, admite.


Tute,  será otro invitado, que dirá una palabras sobre  su relación con Jaime.  Además de ser amigo de la familia gracias a su padre, su hermana Aldana tiene dos hijas con Juan Cruz, así que ya son familia. Recuerda como un acontecimiento épico el primer Tantanakuy [en quechua significa “encuentro de unos con otros”] al que asistió con sus padres, aquellas míticas celebraciones musicales organizadas por Jaime en la provincia de Jujuy, y explica que desde ese momento quedaron prendados mutuamente. “A lo largo de la vida fuimos desarrollando no sólo una amistad, sino también algo mucho más importante: la complicidad”. Tute reconoce en Torres a uno de los mayores exponentes de la música popular argentina, pero señala algo que le parece aún más importante a la hora de homenajearlo: su espíritu.


Tute dirá unas palabras sobre una melodía inspirada que Jaime le acercó para que él le haga una letra y que se llamó “Sabana esperanzada”, la cual dejó la puerta abierta para seguir haciendo canciones juntos. “En el hospital el me dijo que tenía varias melodías para pasarme, algunas las encontramos, las voy a seguir con Juan Cruz. Buscamos reflejar esa  mirada cómplice de la cultura popular. Jaime es una persona fundamental en la cultura nacional y llevó el charango por el mundo. Mi primer logro como dibujante fue haberle regalado un dibujo  y él lo llevo por todo el mundo en el estuche de su charango Lo tuve  años, me internacionalizó de esa manera haciendo que me dibujo vaya con él”, bromea el artista.


“Nos hicimos amigos, me mostró su familia, me fui involucrando en su vida: compartimos muchas noches, borracheras, disertaciones filosóficas, existencialismo, locuras, música y arte”, cuenta Gustavo Cordera, quien conoció a Torres allá por 1998 a través de Gustavo Santaolalla. Hicieron giras juntos y terminaron muy unidos. “Muchas veces estuve en su casa y lo sentí cercano. Para mí no se fue, para mí su espíritu esta acá. Para mí es alguien para idolatrar y lo voy seguir haciendo hasta que me vaya de este plano. No lo extraño porque siempre esta.  Estaba cansado y se quería ir y lo entendí, pero me enseñó a no retenerlo con tristeza, sino con ganas de cantar y tocar.” 


Para Cordera, Torres tenía un sonido transformador, “con una sola nota te llevaba de viaje, te hacia llorar o reír. Era eterno en su música, armaba caminos imposibles y le daba a cualquier canción una impronta sagrada, mágica. No muchos tuvieron esa capacidad. Tal vez Cafrune o Atahualpa, pero no muchos más. Son seres únicos. Ellos hacen de la música un acto de libertad. Creo Jaime  era lisérgico”, dice el músico que recuerda que Torres le contó que le gustaba abrazar el rock, como lo hizo con bandas como Divididos o Bersuit Vergarabat, porque sentía que allí estaba la semilla del folklore del futuro.


Otro nombre importante que estará en el escenario del Opera será Charo Bogarín, que reconoce en Jaime una figura ineludible para la música argentina y para ella como cantora. “Él fue una enseñanza de cómo hacer arte. Desde las bases, desde el compromiso social y desde nunca olvidar tus orígenes. Él nunca dejo atrás de dónde provino, el norte argentino, sus montañas y los encuentros en Humahuaca. Es inmenso lo que nos ha dejado, un  verdadero legado.”


El 20 de junio será un encuentro de generaciones para celebrar la vida y la obra de este gran maestro y artista argentino. “Compartir era parte su idea del mundo. Será un momento emotivo de encuentro para recordar lo que le dio a la música. Es alguien que trascendió fronteras con un instrumento como el charango, algo impensado”, concluye la cantante.


¿Cuándo?

Ofrenda Musical a Jaime Torres.  Con  Tata Cedrón, Charo Boagarín,  Bruno Arias, Jairo, Susana Moncayo, Melania Pérez, Fortunato Ramos, Koya Ruiz, Gustavo Cordera,  y muchos más. En el Teatro Opera, Av. Corrientes 860. Jueves 20 de junio 20.30 hs. En el marco del FestiBAl Otoño 2019.